¡Se lo dije! La carrera rumbo al 2024 comenzó

20, junio 2022

Gaby Salido

 

Es normal hablar de libertades, participación ciudadana, voto de la mujer o democracia; pero pocas veces reflexionamos o valoramos que esos derechos han costado sangre y vidas, por eso debemos ejercerlos, cuidarlos, y vigilar que las autoridades sean primeras en respetarlos.

Sin embargo, el tiempo ha cambiado, ahora ocupan los espacios de poder las generaciones que años atrás señalaban corrupción y gobiernos autoritarios, pero replican todos esos errores con mejorada precisión, pues violan la Ley y faltan a la verdad en cada oportunidad que tienen, y si no hay oportunidad, la buscan; tal como pasó en el evento del domingo 12 de junio.

La carrera presidencial comenzó, y uno de los detalles a analizar es la afrenta que el aparato en el poder propinó partido tricolor, pues el evento fue en uno de los llamados bastiones del PRI, el Estado de México, próximo a iniciar su proceso electoral.

Me llama la atención el “destape de los presidenciables” del partido oficialista, porque los 4 personajes fueron bien recibidos para demostrar unidad entre ellos.

En la práctica es todo lo contrario, bien dicen que en la guerra y en el amor todo se vale, tiraron “su cartilla moral” a la basura y replicaron prácticas para su beneficio personal que aprendieron de gobiernos anteriores.

A esto sumemos el grave el nivel de soberbia que tiene cegados a quienes hoy se sienten en campaña presidencial, se les olvida que son servidores públicos y deben respetar la Ley, sin embargo su ambición de poder y metas personales pueden más que sus obligaciones como autoridad.

Fijarse metas y objetivos no es malo, el problema está en usar estos espacios del servicio público como trampolín político para beneficio personal buscando otro cargo sin acabar sus responsabilidades.

Pensemos qué debe hacer un patrón o jefe, cuando el trabajador le dice que va a descuidar sus obligaciones del trabajo para buscar un nuevo empleo, ¿lo debe sostener?

Esta historia es en la CDMX, la Jefa de Gobierno elegida para gobernar la ciudad y velar por los intereses de quienes vivimos en ella, ha decidido poner sus ojos en Palacio Nacional, y apenas está en la segunda mitad de su gobierno, con muchos pendientes y el orden en su gobierno al garete.

Pero todos sus esfuerzos, los de su equipo de trabajo -incluido el gabinete- y quienes simpatizan con ella -diputados del Congreso y Alcaldes- tienen como fin la candidatura y campaña de Claudia; tanto así que mágicamente estos días han aparecido bardas en toda la Ciudad que “sugieren inocentemente” su nombre como la única opción para seguir el llamado movimiento de transformación.

Decía hace meses que dejaríamos de ser prioridad en la agenda de Claudia Sheinbaum y se empezaría de ocupar con eventos políticos de su partido.

Ahora replantearía la idea ¿En algún momento lo fuimos? O sólo era el requisito para obtener su boleto de participación en esta carrera presidencial.

Una vez más queda demostrado que, lo único que le falta a quien hoy suspira por la silla presidencial, es voluntad política, pues en una ciudad como la nuestra, donde ella misma como Jefa de Gobierno manda iniciativas para obligar a los pequeños negocios a pagar por publicitar su establecimiento y no se pronuncia por las bardas enormes con su nombre -siendo a todas luces un acto anticipado incluso de precampaña al interior de MORENA- lo único que hay como transformación, es regresión a un estado de represión.

No será la última vez que vemos su desesperada intención para ser reconocida y considerada digna de la banda presidencial, pues es solo el poder lo que le interesa, ese poder de intereses creados al servicio de unos cuantos… ¿les suena?

Y mientras tanto al pueblo, pan y circo…