Superar la indiferencia, el reto en el Día de la Trata; y abordar el nuevo modus operandi del crimen que ha traído la pandemia.

31, julio 2021

México rememora este viernes al Día Mundial contra la Trata de Personas como uno de los líderes mundiales de este delito, pero con los retos de superar la indiferencia y abordar el nuevo modus operandi del crimen que ha traído la pandemia.

Una de las sobrevivientes que abandera la causa es Karla de la Cuesta, quien fundó la organización Alas Abiertas tras superar la trata de un grupo del espectáculo que la explotaba cuando era adolescente en la década de los 90.

“Comprendí algo muy relevante y es que solamente el 2 % de las víctimas de estos delitos sobrevive y yo era una de ese 2 % que había sobrevivido. Entonces le dí un giro a la perspectiva en la que yo veía mi historia”, cuenta la reconocida activista en entrevista con Efe.

 

Cifras negras 

México es el tercer país en la trata de personas para pornografía infantil y mendicidad forzada, solo detrás de Tailandia y Camboya, de acuerdo con estimaciones de la asociación internacional A21.

El Gobierno reconoce que la trata es el segundo delito internacional que más se comete en México.

La asociación Hispanics in Philanthropy (HIP) encontró un aumento de 43 % en los crímenes de trata en los últimos años, que pasaron de 383 en 2016 a 550 en 2020, documentados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Además, el número de estados con presencia de este crimen pasó de 18 en 2017 a 25 en 2021, según el reporte, elaborado con apoyo de más de 90 organizaciones civiles.

“Se ha incrementado el fenómeno, no nada más en presencia en los estados, sino en número de crímenes en los estados”, advierte a Efe la investigadora Mónica Salazar, directora ejecutiva de la asociación Dignificando el Trabajo.

Especialistas advierten de una cifra negra que se agrava por la falta de estrategia del Gobierno, que aún no presenta un plan oficial contra el delito.

“No ha habido una visión integral en este nuevo Gobierno, ni siquiera ha habido esfuerzos para que la Federación dé a entender desde dónde va a abordar el tema”, lamenta Francisco Ontiveros, investigador social independiente.

La situación es problemática porque la trata es el segundo negocio más rentable de la delincuencia organizada, cita De la Cuesta.

“Hay una disminución en algunas áreas y en algunas aristas. En el Gobierno se ha disminuido radicalmente la protección para quienes debería haber una protección primaria”, comenta.

Además, el problema ha cambiado por la pandemia de covid-19, por la precariedad económica y la forma de contactar a las víctimas.

“(Antes) los tratantes iban a las alamedas, a las calles, a buscar a sus víctimas, hoy los tratantes trabajan desde su casa en las redes sociales buscando a sus víctimas”, sostiene.

 

Poder desde la experiencia 

Ante este panorama, De la Cuesta ha luchado por incidir en la agenda política y pública para evitar que otras personas pasen por lo que ella atravesó cuando era adolescente.

De ser una víctima, ahora dirige una asociación que colabora con tres refugios, de niñas, niños y adolescentes desde los 6 años, pero también cabildea con políticos de todo el espectro partidista.

“Cuando yo tuve esa terrible experiencia no había una ley que me protegiera de la manera que hoy sí se puede proteger a las víctimas, y por eso para mí es tan relevante proteger esa ley y proteger que no haya victimarios que corran con la buena suerte que corrieron los míos”, confiesa.

La activista describe como el “momento más emotivo” de su vida la sesión de abril pasado en la que recibió la medalla por el Mérito por la Defensa de las Víctimas en el Congreso de Ciudad de México.

Su trabajo se enfoca en traer “verdad y justicia” a las víctimas, pero también en la prevención por el desconocimiento que hay sobre el tema.

Aunque el principal perfil de las víctimas es que sean mujeres y menores de edad, por lo que es un crimen de violencia de género, la activista enfatiza que “a cualquiera le puede pasar”, pues la trata no es solo explotación sexual, sino que incluye esclavitud, trabajos forzados y otros.

“Acabemos con la indiferencia, si la gente no ha visto nada, es porque no ha abierto los ojos, en cuanto abran los ojos se van a encontrar a una víctima de mendicidad forzada en cada esquina, se van encontrar a víctimas de explotación sexual en múltiples calles”, concluye. (EFE)