Tiempo de Definiciones

20, octubre 2022

PEDRO PEÑALOZA


Cada dogma tiene su día, pero los ideales son eternos
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Israel Zangwill

 

Una breve revisión de lo que está pasando entre la clase política nos ofrece un panorama complejo y nada prometedor para detener a un presidente autoritario y despótico. Veamos:

En medio de una crisis profunda, dividido y convertido en un bazar de oportunistas y saltimbanquis, el PRI pretende, mediante disparos cosméticos, mejorar su imagen. Lo más reciente ha sido la organización de una “pasarela” con suspirantes disímbolos, cuyo perfil no anima ni ofrece propuestas frescas y sus discursos son repetitivos, llenos de entusiasmo, pero vacíos de contenido.

Su dirigente nacional, el tal Alejandro “Alito” Moreno, representa un lastre para construir una narrativa de credibilidad. La contradicción evidente de su discurso opositor es la alianza con Morena, que implicó amenazas y trueques,  donde operó directamente el secretario de Gobernación, Adán Augusto López; con lo cual se culminó el “trabajo” que se inició en San Lázaro al presentar la iniciativa  para dejar a los militares hasta 2028.

Por su parte, el PAN tiene una genuina postura opositora, de derecha, pero real, y ha impulsado esa imagen, aunque mantiene una línea titubeante en torno a la alianza con el PRI, quizá porque no cree tener la fuerza suficiente para disputar el poder estatal y federal a Morena. Es previsible que vaya sólo en las contiendas que se avecinan en Coahuila y el EDOMEX, lo cuál pueda ser un obsequio para Delfina Gómez y compañía. En el caso del PRD, su situación es delicada puesto que es improbable que pueda competir sólo, así que depende de la coalición con el PAN o de otras vertientes sociales.

También, últimamente se ha dado a conocer un esfuerzo unitario de varios membretes para presionar a la unidad de los partidos con registro legal. No se ven ideas transformadoras y sí la reaparición de algunos viejos políticos que apenas se representan a sí mismos. La suma de burócratas no es un camino competitivo.

Por otra parte, pero inserto en la coyuntura, es lo que está sucediendo en los dos principales centros de educación superior, la UNAM y el IPN, en donde las demandas estudiantiles son disímiles y muy locales.Sin embargo, en esta galaxia de consignas y paros, una propuesta que sí puede unificar a los jóvenes es la lucha contra la militarización. Es decir, contra el gobierno morenista. Por lo que las pretensiones de algunos obradoristas remisos y de consigna, de montarse en estos movimientos, puede resultar un bumerán. Aunque su miopía y ambición sea más grande que los costos políticos. Estemos atentos.

@pedro_penaloz