Yo defiendo al INE

31, octubre 2022

Angelica de la Peña

Yo defiendo al INE porque la historia nos ha enseñado cómo eran las elecciones antes de que el Instituto electoral fuese un organismo autónomo. El presidente en turno, decidía quién lo sucedería en el siguiente sexenio, y su partido simulaba las elecciones. Por más esfuerzos de la oposición, eran elecciones de Estado.

Nunca sabremos realmente cuántos votos obtuvo Almazán, contra Avila Camacho en 1940. O si Ezequiel Padilla sólo tuvo 19 % de los votos respecto a Miguel Alemán. Tampoco si Miguel Henriquez fue real que obtuvo el 15% de la votación contra Ruiz Cortines en 1952. Si la votación que obtuvo el PAN fue del 9% frente a la que dijo el gobierno obtuvo López Mateos en 1958. Y así nuevamente el PAN en 1964 contra Díaz Ordaz, sólo 10%; y en la siguiente, de 1970, contra Luis Echeverría subió tres puntos más. En la elección de 1976 López Portillo fue el único candidato registrado. Valentín Campa compitió como candidato independiente por lo que nunca sabremos realmente cuántos votos obtuvo. Lo que si sabemos es el control y el aplastamiento desde el Estado, que la oposición sufrió frente al partido hegemónico del presidente.

La elección de 1988, marcó un antes y un después en la vida política electoral de México. Cuauhtémoc Cárdenas y el gran movimiento que le apoyó, puede dar constancia con toda la autoridad, de lo que puede ser capaz el gobierno controlando las elecciones. Esa noche del 6 de julio, los votos contabilizados lo ponían arriba, cuando de repente se cayó el sistema de cómputo de votos bajo la responsabilidad del Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, quien también presidía la Comisión Federal Electoral. Cuando volvió la captura de casillas, Salinas de Gortari le había ganado al Ing. Cárdenas. En 2004 el ex Presidente Miguel de la Madrid confesó al New York Times, que las elecciones habían sido manipuladas para que el PRI ganara.

Por eso el INE es un organismo constitucional autónomo del gobierno, precisamente por esa lucha contra el fraude electoral. La estabilidad del país estaba en juego, por lo que en 1994 se logró la reforma más importante de nuestro sistema electoral al artículo 41 constitucional que inicia la ciudadanización de los procesos de organización, realización y calificación de las elecciones. López Obrador es Presidente gracias al INE. Sólo por su personalidad autoritaria se explica que dirija sus embates para desaparecerlo y regresar a 1940.

Nadie dude que el país cambiaría si el presidente se sale con la suya. Desaparecer al INE, conlleva el enorme riesgo hacia una dictadura, además téngase presente la militarización de la vida civil. De nada valdrá la unidad de la oposición porque no habrá autoridad libre que cuente con certeza el voto. Necesario prevenir no haya “manos negras” que manipulen los resultados.

Que hay que vigilar para que no se obligue o amenace a beneficiarios de los programas del gobierno a que voten por el tapado de López? Si, hay que hacerlo. Que necesitamos perfeccionar el sistema judicial electoral, o ir a la segunda vuelta? Que no nos cuenten: todo esto deberá analizarse con otra correlación parlamentaria.

Hoy hay que defender al Instituto Nacional Electoral para no lamentar que quien gobierna, nos lleve a un régimen como el de Cuba, Venezuela o Nicaragua. Por eso, hay que marchar el 13 de noviembre, para expresar con contundencia, no permitiremos su desaparición.