HUMBERTO FERNÁNDEZ
En el cine de terror y fantasía, una de las figuras más comunes es la de los zombies, personas carentes de conciencia, muertas en vida, y por lo tanto terriblemente peligrosas. Pero estos personajes se han vuelto realidad; hordas de personas pasean con la mirada perdida, los cuerpos contracturados, sin voluntad y muy parecidos a los que vemos en las películas. Pero esto es, no por un virus o las otras causas de la ficción, sino por el fentanilo.
Esta epidemia de fentanilo no sólo es un tema de drogas, refleja la bancarrota moral y de valores que enfrenta el vecino del norte; es el pago de la factura del neoliberalismo que sigue vigente en Estados Unidos, donde solo el hedonismo, el cortoplacismo y la falta de una visión social pagan hoy la factura. ¿Cuántos de los que hoy se ven en las calles de Estados Unidos podrán tener una rehabilitación que los regrese a una vida productiva y funcional, y aunque la tuvieran, a qué empleos regresarían? Esto se potencia con la crisis de inseguridad, que ha provocado que tiendas como Walmart, Macy’s y Starbucks estén cerrando unidades de negocio debido a constantes robos y saqueos. Estamos en lo que Oswald Spengler definió como la Walmart, Macy’s decadencia de Occidente.
Esto no sorprende a nadie, hace unos años cuando fui invitado a la Singularity Summit en San Francisco, mientras de un lado del muro del hotel estábamos platicando sobre la inteligencia artificial, el aprendizaje de las máquinas y otras mega tendencias, del otro lado del muro había cientos de homeless; al platicar con algunos de ellos nos habían dicho que eran personas exitosas, con empleo y profesiones, pero al perder su trabajo la exclusión económica los había dejado literalmente en la calle, con deudas y sin una expectativa de futuro. No se puede estar hablando de viajes privados a la luna, de una opulencia tan insultante como relojes que cuestan millones de dólares, mansiones que consumen más agua que barrios completos y que además están vacías, y al mismo tiempo exclusión y pobreza.
La crisis del fentanilo no sólo es un tema de drogas, es una sociedad que se ve al espejo racista, clasista, obsesionada por el tener, por la apariencia, la frivolidad y el abandono de cualquier sentido de solidaridad y amor al prójimo; por eso resulta tan pertinente y necesario la política de la secretaria Leticia Ramírez y del presidente López Obrador, de incluir como actividad pedagógica la información para evitar este flagelo; sobre todo ahora es oportuno, ya que no tiene una presencia relevante en el país.
@LuisH_Fernandez
