AIDA RAMÍREZ

Foto: Cuartoscuro

Las altas tasas de interés de créditos y comisiones que se aplican para las exportaciones e importaciones, provocaron que desde el año pasado el dinamismo de la manufactura nacional se perdiera al cierre de 2022, pero además, ya se estima que esta situación afecte a la economía del país en el segundo y tercer trimestre del año.

Un análisis de BBVA Bancomer indica que dicho dinamismo de la manufactura mexicana disminuyó al cierre de 2022, al registrar un crecimiento de 5.5 por ciento en todo el año, lo que significó 7.6 puntos porcentuales debajo de la tasa de 2021.

Según el Indicador Multidimensional de la Manufactura de BBVA, indica que “si bien la manufactura ganó impulso a mediados del año pasado ante el desvanecimiento de los cuellos de botella, el sector ha perdido dinamismo en los últimos meses a medida que se ralentiza la demanda ante las mayores tasas de interés”.

Por ello, en el documento denominado Monitor de la Manufactura Mexicana se espera que el menor dinamismo en el sector manufacturero se “acentuará” en el segundo y tercer trimestre de 2023.

Señaló que este sector creció 4.9 por ciento tan solo en diciembre de 2022, lo que impulsó una variación interanual de 6.1 por ciento al cuarto trimestre de 2022, esto es, 0.4 puntos porcentuales por debajo de lo observado en el mismo periodo de 2021.

Al respecto, la economista principal de BBVA, Saidé Salazar, autora del análisis, sostiene que el sector automotor, que aporta el 3.0 por ciento del producto interno bruto (PIB) y una tercera parte de todo el comercio del país con el exterior, perdió dinamismo desde el tercer trimestre de 2022.

Lo anterior, afirmó, provocó que la industria automotriz se ubicara en un nivel 3.0 por ciento por debajo del que presentó en el periodo prepandemia tras haberse recuperado en agosto de los cuellos de botella en las cadenas de suministro y la escasez de microcomponentes eléctricos necesarios para la fabricación de automóviles.

En el documento se señaló que el dato de ventas minoristas en Estados Unidos del mes de diciembre indica una caída real de 1.1 por ciento en la venta de automóviles, “lo que apunta a que la ralentización de la producción de vehículos continuará en los siguientes meses”, advirtió.

En ese sentido, Salazar expone que los indicadores de demanda externa en la Unión Americana para las manufacturas reportan una desaceleración porque los subcomponentes de nuevos pedidos y nuevas órdenes de exportación se ubican “en territorio de contracción de forma consecutiva” desde el tercer trimestre de 2022.

En ese tenor, en el documento indica que en términos de capacidad utilizada, 13 sectores reportaron disminución (contra 11 sectores el mes previo); por lo que la industria de la madera registró la mayor caída con -3.4 puntos porcentuales; seguida de la fabricación de productos a base de minerales no metálicos, -2.7 por ciento, y obresale la industria química, con una contracción de -2.1 por ciento, alcanzando su menor nivel desde febrero de 2021.

De todos los componentes de la manufactura, cuatro reportan un nivel por debajo del observado en pre-pandemia, esto es, en enero de 2020: la fabricación de prendas de vestir, -9.9 por ciento; la industria química, -8.9 por ciento; la alimentaria, -0.5 por ciento, y la madera con -0.5 por ciento.

Así, ante este clima: “Anticipamos que el entorno de mayor costo del financiamiento continuará pesando sobre la demanda interna y externa de bienes duraderos y que se prolongarán las bajas tasas de crecimiento de la manufactura en 2023”, y “estimamos que el menor dinamismo se acentuará en el segundo y tercer trimestre del año”.

Un informe de Bank of America Global Research, señala que el Producto Interno Bruto (PIB) de México mostrará contracciones en los cuatro trimestres de 2023 y en la relación con Estados Unidos, los principales canales de transmisión indicarán un menor dinamismo que probablemente se reflejen en las remesas y el comercio.