Agenda anticipada

6, julio 2021

Adelantar el ambiente político de sucesión presidencial no ayuda a nadie, despierta ambiciones, genera egoísmos, obstaculiza el trabajo administrativo y hasta puede trabar al gobierno, en medio de confrontaciones intestinas de grupos e intereses creados.

Aspirar a la silla presidencial es muy legítimo y anhelo casi de todo político, para abrir la carrera por la Primer Magistratura a medio sexenio, a tres años de las elecciones es nocivo al interés nacional, principalmente cuando se abre lucha por el poder desde dentro de la administración y del partido gobernante.

Que la oposición lance o no a un aspirante presidencial desde mucho tiempo antes, como ya lo han manifestado Ricardo Anaya, Margarita Zavala, Silvano Aureoles o Alejandro Moreno, es lo de menos. De entrada, ninguno tiene arraigo popular, aunque ni siquiera eso importa por ahora, no perturba el accionar de la administración federal, ni tampoco la de los Estados.

Pero que desde la cúpula del poder se lancen nombres, como los de Claudia Sheimbaum, Marcelo Ebrard, Tatiana Clouthier Carrillo, Rocío Nahle, Esteban Moctezuma o Juan Ramón de la Fuente, todos con importante y delicados cargos públicos, sí crea un problema mayúsculo con una agenda anticipada.

No es que los mencionados carezcan de cualidades y habilidades políticas, sino precisamente por eso, por tenerlas de sobra, las pueden emplear más para su proyección personal agrupar y dividir, que para el buen desempeño de sus responsabilidades.

Hasta el no mencionado, pero con sentimiento presidencialista, como Ricardo Monreal, dio acuse de recibo del banderazo de ¡arranquen!, para no quedar fuera de la jugada, porque ya no son los tiempos “del que se mueve, no sale… en la foto”, sino por el contrario, hoy se vive “el que no se mueve se estanca”.
Si la intención era quitar la presión por las supuestas pretenciones releeccionistas de Andrés Manuel López Obrador, pudo haber funcionado, pero también se pudo haber generado un problema mayor, del que no será fácil salir.

SUSURROS

Por lo visto el periodo extraordinario del Congreso de la Unión ya se cocinó, en breve se darán a conocer la agenda legislativa y las fechas.

Un tema obligado a tratar será el del desafuero de Mauricio Toledo, acusado de enriquecimiento ilícito por la Fiscalía General. El ahora petista no tiene salida, salvo que pretenda fugarse.
Otro caso similar, aunque por causas muy distintas es el del diputado de Morena, Saúl Huerta, a quien se le imputa el delito de violación equiparada y abuso sexual contra menores de edad
Ambos casos ya pasaron por la sección instructora de la Cámara de Diputados, declarándose procedentes los desafueros de los legisladores, solo falta la aprobación del pleno, la cual se da por descartada.

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