AIDA RAMÍREZ

Foto: Cuartoscuro

Iniciado el periodo de vacaciones de verano, los precios en este año respecto a los del 2022 por servicios de alojamiento, transporte terrestre, peaje, gasolinas y alimentos han aumentado, encareciendo en al menos 15% los días de descanso.

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) reporta que el hospedaje se incrementó en más de 8.42%; los restaurantes en 9.81%; el transporte terrestre en 6.21% y el traslado en vehículo propio un 3.74%, ya que las gasolinas han incrementado su precio en el último año, esto es, 2.17% la premium y 1.39% la magna, y a esta lista, se suma el peaje de las autopistas que el gobierno federal ha incrementado en un 10.81 por ciento.

En cambio, lo que pudiera verse como un mundo al revés, viajar en avión reporta una baja de precio de 4.14% respecto al 2022, “llegando a igualarse los gastos de transportación aérea con los de transportación terrestre”, aseguró el presidente del organismo, Cuauhtémoc Rivera.

“En el 2022, más del 50% de vacacionistas se endeudaron, pagando altos intereses de hasta el 40%. El flagelo de inflación que vivimos también cobrará su factura en los gastos vacacionales, incrementándolos al menos en un 15%, obligando al 60% de los vacacionistas a endeudarse para lograr salir de casa”, comentó.

Asimismo, sostuvo que los niveles socioeconómicos altos, en su mayoría, tomarán su periodo de descanso; mientras que se estima que cuatro de 10 de la clase media viajarán y los de escasos recursos quedarán marginados de la ecuación vacacional, ya que para ellos el descanso y el recreo no son opción pues viven de lo que ganan al día.

En tanto, consideró que siete de cada 10 vacacionistas optarán por ir a una playa, tres buscan otros destinos; las zonas turísticas más socorridas en este verano son la Riviera Maya, la Riviera Nayarita, las Bajas Californias, Guerrero, Oaxaca y Acapulco, “que aun con sus altos niveles de inseguridad que atraviesa sigue siendo el destino más popular de los capitalinos y los turistas del centro del país por ser una playa económica y asequible a los distintos bolsillos de los paseantes”.

En el análisis de la ANPEC, 45% de los turistas lo hará sólo por un fin de semana; 41% por una semana completa; 12% por más de una semana y un 2.0% lo hará pasado el periodo vacacional, buscando encontrar tarifas más bajas. Un viaje de cuatro a cinco días con hotel de tres estrellas y transporte aéreo de bajo costo podía obtenerse por siete mil 500 pesos por persona. Ese mismo viaje, ahora en 2023, tiene un costo de ocho mil 500 pesos, presentando un incremento de 13.3 por ciento.

Rivera comentó que a las familias que no lograran vacacionar por insolvencia económica, es decir, la gran mayoría, les han robado la opción de vacacionar en su ciudad, “ya que el turismo local también se ha encarecido de manera importante: los espectáculos, circos, teatros, parques temáticos, museos, entre otras actividades presentan un aumento de precio considerable”.

Y es que ejemplificó que ir al cine tiene un costo promedio de 250 pesos por persona, incluyendo las palomitas y el refresco; una familia de cinco personas, en esta salida, podría gastar hasta mil 200 pesos. Ir a un balneario se complica aún más, ya que el boleto de admisión, el traslado y los alimentos y bebidas hacen de esta actividad una que se ha encarecido hasta un 30 por ciento.

Por otro lado, 33% de los mexicanos que vacacionen este verano en cualquiera de los formatos gastarán de cinco mil a 10 mil pesos; 25% de tres mil a cinco mil pesos y 20% de 10 mil a 20 mil pesos; en tanto, un 12% calcula gastar menos de tres mil pesos y tan sólo un 10% gastará una cifra mayor de los 20 mil pesos.

Ante lo anterior, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes recomienda que hay que evitar compras de último minuto, haciendo las reservas y compras del transporte y hospedaje con antelación. Hacerlo de último momento encarece estos servicios hasta en un 60 por ciento.

Hay que organizar bien el itinerario, evitando recorridos innecesarios, ubicando puntos de interés, confirmando reservaciones y eludiendo cambios de fecha que encarecerían el viaje al menos 15 por ciento; en cuanto a las políticas de cancelación, a la hora de reservar y comprar los servicios turísticos, hay que dejar abierta la ventana de cancelación sin costo o penalidades previendo cualquier contratiempo de última hora.

Mientras que hay que tomar en cuenta que los servicios “todo incluido” representan un 35% de economía, por lo que considerarlos es una buena opción; y al utilizar agencias turísticas, hay que ubicar las más reconocidas y, de ser posible, hacer reservaciones y compras directas, evitando el intermediarismo y cualquier eventualidad de fraude que compliquen las vacaciones y economía.