LUIS HUBERTO FERNÁNDEZ

Dicen que más pronto cae un hablador que un cojo, y pareciera que el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, el hombre arrebatado, incapaz de sostener un diálogo sin gritar, se ha encontrado con la más dura de las respuestas: la de la realidad. El histrionismo, las entrevistas y los discursos aguantan todo, pero la práctica es respondona. Las posiciones de Milei sobre México han sido poco educativas y diplomáticas, por decir lo menos. Ahora anuncia sus primeras medidas de gobierno.

El tema de Argentina es interesante y vale la pena analizarlo, ya que hay grandes similitudes y diferencias con México. En ambos países, la más alta prioridad era desarticular una clase política depredadora, voraz y corrupta; y en ambos casos, son proyectos políticos que crecieron de manera muy rápida.

Desde su creación hasta este momento, MORENA ha ganado la Presidencia, muchos escaños en el Congreso y 23 estados; mientras que Milei en sólo tres años y sin carrera política, pasó de ser diputado a ser el Presidente de la Nación Argentina. En común tenemos la necesidad de transformar la vida pública, la pregunta sería ¿cómo lograrlo?

En la práctica de gobierno se observan grandes diferencias y similitudes al del gobierno del Presidente López Obrador. Entre las diferencias, Milei entra devaluando el peso argentino, mientras que en México se ha fortalecido como nunca el valor del peso mexicano. Milei hace despidos, mientras que aquí no se han dado, e incluso se han generado miles de nuevos empleos.

El presidente argentino paralizó las licitaciones de obra pública, mientras que el Presidente López Obrador inició con megaproyectos que prácticamente se realizaron en 5 años. Pero, por otro lado, hay acciones en sus 10 medidas del programa de choque que parecieran que le copian la tarea al Presidente AMLO, en las que destacan el incremento a los programas sociales, la entrega de recursos sin intermediarios y entregados de manera directa a las personas, la disminución del gasto público, eliminar los pagos a la publicidad gubernamental, la reducción del tamaño de la administración pública y el fin de los privilegios para funcionarios públicos como telefonía y vehículos. Esto es lo bueno que tiene el plan de choque, está basado en el modelo mexicano.

Esto nos da lecciones importantes. Lo primero es que las medidas implementadas por el Presidente López Obrador están creando una forma diferente de gobernar en la cual hasta los más críticos, las acaban copiando. Lo segundo es que las élites que han gobernado América Latina y el mundo han agotado su modelo de control; es necesario renovar la política en sus formas prácticas e instituciones, para que sean pertinentes con nuestro momento histórico, ya que la ortodoxia en gobierno se está quedando corta.

Finalmente, si reconocemos que hay una necesidad de cambio, la pregunta obligada sería: ¿cuál es la ruta para hacerlo? Y la respuesta es muy clara: con la gente y pensando en la gente, por lo que sin duda la vía propuesta por el Presidente López Obrador basada en una visión humanista y social es la opción más viable. Y que Milei copie estas ideas creo que debe generar esperanza en los argentinos, las demás, híjole, que Dios los cuide.

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