RITA MAGAÑA
A través de la estrategia de recuperación de servicios médicos, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realizó mil 379 trasplantes de órganos, tejidos y células en el primer semestre de este año, que representa un incremento de 248% respecto al mismo periodo del 2021, que fue de 555 procedimientos.
Pedro Paz Solís, coordinador de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, detalló que durante el primer semestre de 2022 se efectuaron 592 trasplantes de riñón, 544 de córnea, 200 de médula ósea, 32 de hígado y 11 de corazón, procedimientos que se suman a la meta de los 2 mil 400 trasplantes.
Recordó que durante la pandemia por COVID-19, el Instituto priorizó la atención de los pacientes con necesidad de un hígado o corazón, considerados como urgencia nacional.
Señaló que las asignaciones prioritarias, para quienes necesitan un trasplante de córnea, riñón o trasplante de células progenitoras hematopoyéticas en personas que pueden empeorar con la enfermedad o morir.
Afirmó que el IMSS es la única institución que cuenta con una red hospitalaria de donación, conformada por 76 unidades de Segundo y Tercer Nivel con licencia para realizar la procuración de los órganos.
Además de 54 médicos dedicados de tiempo completo a llevar todo el proceso y asegurar que se realice en apego a las normas de seguridad para el donador, los receptores y el personal de salud, agregó.
El coordinador de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células del IMSS, indicó que en la lista de espera del Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) 22 mil pacientes están en espera de un órgano o tejido, de los cuales 16 mil están inscritos en el Seguro Social.
Por ello, el Instituto trabaja en diversas estrategias para atender la demanda de riñón, hígado, córnea y corazón, dijo.
Explicó que la mayoría de los pacientes que requieren de un trasplante, son aquellas que por alguna enfermedad, entre ellas las infecciosas o por accidente, tuvieron una falla orgánica renal, hepática o del tejido como la lesión corneal; así como el daño del corazón que no puede ser resuelto con tratamiento farmacológico o por un dispositivo.
En este sentido, subrayó que para garantizar los procedimientos libres de COVID-19, los procesos de donación y trasplante se realizan bajo estrictos protocolos de seguridad tanto para donadores, como receptores y personal de salud.
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