Candidatas ¿para perder?

14, noviembre 2023

Palabra de Antígona

SARA LOVERA

La selección de las candidaturas morenistas a los nueve gobiernos estatales que se renovarán en 2024 entrañan algunas interrogantes necesarias. ¿Todo el teatro que se hizo es en función de la paridad? ¿Democráticamente? ¿Cómo fueron escogidas? 

La paridad constitucional no es un juego. Es un avance democrático, de igualdad y de futuro. Pero nada será verdadero mientras prevalezca la disciplina partidaria, donde las mujeres no son autónomas y encima designadas por un método muy enredado.

Los partidos políticos desde 2021 tuvieron todo bien claro. No había necesidad de tanto aspaviento. Los resultados para ellas no son mejores que hace tres años. Otra vez las designaciones fueron pragmáticas, con arreglos fuera del contenido fundamental de la paridad, que exige perfiles comprometidos con el avance de las mujeres. Mujeres al poder, ¿así de simple?, no convoca a echar campanas al viento.

Peor aún, no hubo verdaderas evaluaciones. Las candidaturas se decidieron sólo por su cercanía y “lealtad” al presidente Andrés Manuel López Obrador.

¿Qué resultó en 2021 con una visión semejante?  Tres ejemplos: Baja California, donde la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmedo tiene origen panista y está seriamente cuestionada por los negocios de su familia. No se respetan los derechos sexuales ni reproductivos. Hay una continuidad en esa entidad que por 30 años gobernó el PAN y la agenda feminista fue sistemáticamente arrinconada.

En Guerrero, que duele tanto, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda llegó tras una imposición desde Palacio Nacional, porque el compadre del presidente, Félix Salgado Macedonio, no podía ser. Acusado de violación, mostró cómo funciona esto del Pacto Patriarcal. El desempeño de Evelyn es gris y, ahora, en la tremenda desgracia del huracán Otis no logró mostrar liderazgo alguno. Guerrero duele por todo: atraso, pobreza  y muy lejos del interés presidencial desde hace mucho tiempo. Ahí las niñas todavía son vendidas y es casi imposible practicarse un aborto legal.

Está además Campeche, donde Layda Sansores San Román, además de priísta, fue  acusada y sentenciada por violencia política contra las mujeres. Se ha mostrado con total desapego, no sólo a la democracia, sino a la problemática femenina. Su gobierno no tiene resultados.

Las ahora virtuales candidatas ¿fueron designadas para perder? ¿Están enviándolas a donde Morena no las tiene todas consigo. ¿De qué se trata?

Los únicos dos casos en que las candidatas provienen de movimientos sociales son la Ciudad de México, con Clara Brugada Molina, y Morelos, con Margarita González Saravia, donde hay un gran hartazgo de la población por los gobiernos de Morena. No podemos olvidar que en 2021 la 4T perdió la mitad de la capital y en Morelos el gobernador tiene la peor calificación.

Guanajuato, otro bastión panista donde será candidata una ex panista: Alma Alcaraz Hernández. Morena piensa que le conviene a manera de transición, luego de 32 años de gobiernos panistas ¿Será exitosa?

Y en Jalisco va Claudia Delgadillo García, una ex priista. Habrá de enfrentar a  Movimiento Ciudadano ahí asentado. De Rocío Nahle García, quien además de no tener experiencia no es veracruzana, encontrará una entidad deshecha. No ser de Veracruz ya  le generó controversias, sobre todo cuando la Suprema Corte rechazó el  cambio constitucional para que se elijan personajes nacidos en otras entidades.

Las cosas no son tan sencillas como se piensa cuando emocionalmente se aplaude el avance de las mujeres. No sólo por el “método” desaseado para elegirlas sino, peor aún, porque ninguna de ellas tiene agenda para mejorar la condición de las mujeres. Veremos.

Periodista. Directora del portal informativo http://www.semmexico.mx