Cardenales en sinodalidad con el Papa

4, septiembre 2022

Felipe Arizmendi Esquivel

Obispo Emérito de SCLC

MIRAR

Los 227 cardenales de todo el mundo fuimos convocados por el Papa Francisco a un encuentro en Roma, con la finalidad de reflexionar juntos sobre la reforma de la Curia Romana, que es el organismo que de forma inmediata le ayuda al Papa en su servicio a la Iglesia universal y al mundo. No todos pudieron hacerse presentes, por limitaciones de salud u otras razones, pero estuvimos casi 200.

Más que escuchar conferencias, trabajamos en grupos lingüísticos para aportar nuestro punto de vista sobre dicha reforma y sugerir caminos para ponerla en práctica. Fue muy enriquecedor escuchar tantas opiniones y experiencias de países tan diversos, con situaciones muy variadas.

Si es verdad que Europa se seculariza más y más, en muchos lugares la práctica religiosa no ha decaído y siguen surgiendo vocaciones consagradas y sacerdotales.

El Papa sólo hizo una pequeña introducción, el primer día, y en el resto de las sesiones se dedicó a escucharnos, con suma atención.

Quería que le ayudáramos a hacer más viable la reforma de la Curia Romana, asumiendo sus criterios fundamentales para aplicarlos en también nuestras diócesis. Se resalta que la Iglesia es misionera y evangelizadora, como misión que le da identidad, a partir de nuestra fe en Jesucristo.

Por ello, debemos tomar más conciencia de que todos los bautizados formamos la Iglesia, y que cada quien puede y debe ser miembro vivo y operante de la Iglesia, en contraste con el clericalismo, que resalta más la importancia de los clérigos, como si los laicos fueran de segunda o tercera clase.

En ningún momento se discutieron temas que en algunas partes se proponen, como sacerdocio para las mujeres, abolición del celibato para los presbíteros, cambios en la moral sexual. No se analizaron asuntos delicados del camino sinodal de Alemania, o cosas semejantes de otros países.

El Papa nos convocó a ayudarle, en forma sinodal, corresponsable, para que libremente expresáramos nuestro parecer sobre el proceso a seguir para la reforma decretada en la Curia Romana.

Tampoco se trató de avanzar hacia un posible cónclave, como si ya estuviera cercana la renuncia del Papa. Cierto que los dolores de su rodilla le limitan para caminar, pero mentalmente está muy ágil y dispuesto a seguir sirviendo en el ministerio que Dios le ha pedido.

En su catequesis de esta semana, inició el tema del discernimiento, que es el juicio que se debe hacer para saber tomar decisiones. En la sinodalidad, se escuchan propuestas y opiniones de todo tipo, pero el ministerio jerárquico debe discernir, con la ayuda de todo el Pueblo de Dios, qué es conforme con el Evangelio y qué no lo es.

Es un servicio indispensable para no ir por caminos de un populismo o parlamentarismo, que no es el de la Iglesia de Jesús.

DISCERNIR

La Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, que rige la reforma de la Curia Romana, dice: “Predicar el Evangelio es la tarea que el Señor Jesús encomendó a sus discípulos.

Este mandato constituye el primer servicio que la Iglesia puede prestar a cada hombre y a la humanidad entera en el mundo actual. La reforma de la Curia Romana se sitúa en el contexto de la naturaleza misionera de la Iglesia. Es importante tener en cuenta y valorar otro aspecto: la misión está tan íntimamente ligada a la comunión”.

ACTUAR

Oremos por el Papa y por la reforma de la Curia Romana, pero también por nosotros, para que nos convirtamos al Evangelio, viviendo en fraternidad, en sinodalidad, en tensión misionera, para que seamos fieles a Jesús.