Cómo salir del hoyo

17, mayo 2023

FLOR YÁÑEZ

Hace poco leí de un empresario que se quejaba de la iniciativa de modificar los artículos 513, 514 y 515 de la Ley Federal del Trabajo para incluir enfermedades incapacitantes como la depresión, estrés y endometriosis (cólicos), ello porque habría un disparo de incapacidades y afectaría a la industria. Luego leí a otro que, ante el aumento de vacaciones y reducción de la jornada laboral, despediría personal y ya no contrataría más.

Eso me hizo recordar la película española “El Hoyo” dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia que describe en ciencia ficción (que en este caso no es ficción) una alegoría de la sociedad por nivel de clase en la que se encuentra. Se la recomiendo ampliamente:

Goreng se despierta en el piso 48 de 333 en una celda pequeña de un bunker al lado Trimagasi, un hombre mayor que lleva meses en ese nivel. Diariamente una plataforma con comida desciende por un hueco en el centro y dependiendo del nivel, es la calidad de los alimentos que les toca. Los primeros se atiborran mientras que los pisos de abajo, les tocan las sobras incluso, nada. Goreng quiere hacer un cambio y trata de dialogar con los de abajo: todos alcanzarían a comer si cada uno toma la ración que les corresponde. Los de arriba no lo escuchan y los de abajo son incrédulos. Trimagasi representa a un viejo cansado con una actitud individualista; dice que los demás sólo piensan en sus propios intereses y que “es mejor comer que ser comido”. Luego aparece una mujer que confiesa que es una trabajadora de ese lugar y dice que no pensó que ese experimento de la comida sería horrible; creyó que se desarrollaría una solidaridad espontánea y sucedió lo contrario. Confesó que sí había comida suficiente para todos, sólo si cada uno comiera lo necesario. Para forzar a la solidaridad, tomó un plato racionado y lo dejó en la plataforma para que los de abajo comprendieran e hicieran lo mismo, pero fracasa. Al día siguiente lo repitió porque Goreng dijo que los cambios no se hacían espontáneamente y volvió a fracasar hasta que Goren les gritó que, si no hacían caso, defecaría en los alimentos y únicamente así, obedecieron. Despiertan en el piso 202 donde no llegan ni migajas. La mujer se quitó la vida para que Goren se alimentara de su cuerpo, pensando que él podría hacer un cambio. Despierta en el piso 6 donde hay un hombre que quiere salir del hoyo con una cuerda, pero el de arriba defecó en su cara para que no lo hiciera. El protagonista le propone descender por piso para repartir la comida y romper la mecánica. Decidieron que a los primeros 50 pisos que siempre comen, ese día no les tocaría ración y eso causa descontento. Administraron los recursos entre los que más lo necesitaban, pero entre más bajaban, peor eran las condiciones.

La película es una analogía de la sociedad dónde los privilegiados están tan alejados de la realidad, que no les importa los que están por debajo de ellos donde la codicia y el egoísmo imperan. Las personas verán por sus propios intereses a menos de que se les amenace. La solidaridad espontánea bajo circunstancias difíciles, jamás podrá existir.

Es también una crítica al progreso ajeno. Es la representación de un sistema injusto donde las personas de forma aleatoria nacen en privilegio o pobreza y se conforma con su nivel, para no perder lo que tienen.

Para que todos salgamos del hoyo se requiere de una genuina solidaridad y saber que sí puede haber para todos, pero llegar a ese consenso, quizá la película, por lo pronto siga teniendo la razón.

Yanez_flor@hotmail.como