Entre gritos, pancartas y exigencias de que se baje el sueldo, el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, compareció, por primera vez en la historia, ante el pleno de la Cámara de Diputados.

Durante la sesión, diputados de todos los partidos, excepto el PAN, reclamaron al INE intentar suplantar, a través de acuerdos, las facultades legislativas del Congreso y lo oneroso del sistema electoral.

Desde la tribuna, Córdova Vianello respondió que el organismo electoral ha tenido que establecer bases mínimas para ciertos procesos, ante la evidente omisión de los legisladores para emitir varias leyes secundarias de reformas constitucionales.

Durante casi seis horas, Córdova Vianello escuchó todo tipo de descalificaciones, pues los diputados de Morena y el PT le dijeron clasista, racista, abusivo, hipócrita y soberbio y le recriminaron que no haya aceptado ajustar su salario al del presidente de la República.

Incluso el diputado Gerardo Fernández Noroña exigió su renuncia y lo amenazó con instaurarle un juicio política y además le recordó una conversación que fue filtrada, en la que Córdova hablaba de un representante de una comunidad indígena. “No mames, cabrón”, recordó el petista la frase sobre esa charla.

“Le reclamo que se erijan en máximo tribunal inquisitorio violentando los derechos de compañeros y compañeras. Solo les faltaba cantar que un violador no será gobernador, pero un violador de derechos humanos y garantías constitucionales es presidente del órgano electoral, está sirviendo a la pasión, ya que hemos visto cómo le aplaude, como porra, como… a quien debería servir con imparcialidad, al pueblo de México”, sentenció Fernández Noroña.

Por momentos, Córdova trató de ser cordial, pero también recibió desdén, como en el caso del diputado Óscar Cantón, a quien le ofreció el puño en señal de saludo y al no recibir respuesta, el consejero presidente dio unas palmaditas en la espalda: “No me toques igualado”, fue la respuesta del legislador.

Y ante las constantes llamados y exigencias para que se bajara el sueldo, Córdova Vianello les recordó a os de los diputados votaron en su momento estas prestaciones. “Los derechos laborales son una conquista de la revolución, de la izquierda. Muchos de ustedes votaron esto en mayo”, sentenció.

En una comparecencia ríspida, en la que el presidente del INE hacía muecas, negaba con la cabeza y miraba retadoramente a sus interlocutores, defendió la legalidad e imparcialidad del trabajo del organismo electoral e incluso les advirtió que un recorte podría poner en riesgo la revocación de mandato.

“Yo invitaría a esta asamblea a no poner en riesgo la revocación de mandato, es algo que debe ser visto con seriedad”, señaló luego de precisar que este ejercicio equivale a la organización de unas elecciones y debe ser tratado con todo cuidado.

Al hablar sobre el presupuesto del INE para 2022, motivo por el que fue citado en San Lázaro, el presidente del INE sostuvo que la democracia es una de las inversiones públicas más importantes que han hecho las y los mexicanos en las últimas décadas, pero también una de las que más le ha retribuido, ya que contribuye a la estabilidad económica y a la gobernabilidad democrática.

Asimismo, dejó en claro que “es falso que el INE pretenda bloquear los ejercicios de democracia participativa”, por el contrario “la solicitud de recursos suficientes para organizarlos de manera profesional y seria dan cuenta del compromiso del Instituto con sus obligaciones constitucionales y con la ciudadanía”.

Y precisó que, en caso de que no se lleven a cabo los ejercicios de democracia directa mencionados, el monto solicitado será reintegrado íntegra e inmediatamente a la Tesorería de la Federación.

En otro orden de ideas, detalló que los protocolos sanitarios adoptados en la pandemia de Covid19, tanto en las elecciones locales de 2020 como en los comicios más grandes y complejos de la historia, los de 2021, junto con la colaboración institucional con los gobiernos federal y locales, y a la vocación democrática de la ciudadanía, “México le ha demostrado al mundo que el derecho fundamental a la salud no tiene por qué cancelar o entrar en conflicto con los derechos políticos”.