Desarrollan universitarios mantenedores dentales para niños que perdieron piezas

14, enero 2023

PATRICIA RAMÍREZ

Foto: Cortesía DGCS-UNAM

Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrollaron un novedoso tratamiento dental para niñas y niños que perdieron dientes y muelas por caries.

La Facultad de Estudios Superiores Iztacala trabaja con un mantenedor de espacio que tiene diversas ventajas, pues evita infecciones y ayuda a la correcta alineación de las nuevas piezas permanentes.

Y es que, en México, el índice de incidencia de caries infantil es alto, de alrededor de 75 por ciento, y las piezas dentales más dañadas son los molares primarios o “de leche”.

La jefa de sección de la Clínica Odontológica Acatlán de esa entidad universitaria, Cecilia Carlota Barrera Ortega, expuso que en el Laboratorio se trabaja con un polímero sintético comercial llamado policaprolactona, que es biodegradable y biosintético.

Sus ventajas son: estar elaborado con un material novedoso, estético, funcional, con un costo menor, que se podría colocar en una sola cita, sin necesidad de mandarlo a fabricar en un laboratorio dental.Ese material se hace funcional al agregarle nanopartículas de diferentes óxidos metálicos.

“En el Laboratorio de Investigación en Nano y Biomateriales Dentales llevamos a cabo la síntesis de tales nanopartículas (diminutas, de aproximadamente 25 nanómetros) para darle a esa especie de andamio la propiedad de ser antimicrobiano y radiopaco (es decir, que al no ser atravesado por los rayos X, es visible en la radiografía como una zona blanca)”, señaló.

La meta mantener el espacio para aquellos pequeños que perdieron dientes o muelas debido a la caries temprana y que deben sustituirse porque de otra manera, cuando vengan los dientes permanentes, se presentará una maloclusión (o incorrecta alineación de los dientes), que es la segunda enfermedad más frecuente en menores, después de la caries.

Los andamios están diseñados para colocarse en un medio donde hay abundantes bacterias; esos polímeros se degradan con el tiempo, y al momento de hacerlo liberan las nanopartículas que carecen de efectos tóxicos, pero tienen antimicrobianos para ayudar a disminuir, en primera instancia, la caries y también la biopelícula conocida comúnmente como placa dentobacteriana.

La especialista en odontopediatría, y maestra y doctora en ciencias, señaló que esta es la primera vez que se intenta otorgar una aplicación de este tipo a esos materiales.

“La policaprolactona se ha usado para hacer electrohilado; es decir, mallas para que las células puedan caminar. Lo que nosotros estamos desarrollando es un bulk o bloque, al que se agregan diferentes nanopartículas para ver su efecto antimicrobiano durante varios días y después ponerlo en un medio biológico”, señaló.

Se requiere un mantenedor de espacio intramucoso, no invasivo, cuando el pequeño tiene un proceso infeccioso, pero no puede tomar antibióticos de manera prolongada, por lo que se necesita extraer la pieza para evitar que se complique la situación.

En infantes a partir de los tres o cuatro años se puede requerir ese andamio, a fin de que permanezca disponible el espacio para el molar permanente que todavía no va a erupcionar, y que cuando venga el recambio se haga de manera normal. En este caso, la ventaja sería contar con un mantenedor que se degrada con el tiempo y evita infecciones.

Hasta ahora se utilizan mantenedores de espacio metálicos y se requieren dos citas porque se mandan a elaborar en un laboratorio. En este caso el manejo conductual del paciente pediátrico no es trivial, recalcó Barrera Ortega, y menos si tiene dolor o presenta mal tratamiento previo.

En esta situación sería innecesario cambiar el andamio en lo que brota el diente definitivo; sólo se podría monitorear radiográficamente, como establece la norma ISO-4049. “Al utilizar el polímero con las nanopartículas de óxidos metálicos, mediante una radiografía, podremos conocer la condición del material a través del tiempo”, detalló.

La universitaria recomendó a los padres de familia llevar a sus hijos cada seis meses a revisión dental con un odontopediatra, experto en tratarlos. Además, apoyarlos en el cepillado y ser ejemplo para que, al verlos realizar la higiene bucal, adquirirán este hábito.