Desigualdad, desconfianza y buenas noticias

30, julio 2023

LUIS WERTMAN ZASLAV

El INEGI, una institución en la que confiamos todos, publicó la medición bianual sobre el estado del ingreso en los hogares mexicanos, y con ello, una radiografía sobre la desigualdad y la pobreza en México.

En otras oportunidades, he compartido que los dos principales retos que tenemos con país es reducir la desigualdad y la desconfianza. La primera, es la fuente de muchos de los problemas que nos aquejan: la inseguridad, la falta de oportunidades, el acceso a servicios públicos de calidad; la segunda, la comparo con la enfermedad social de mayor gravedad; sin confianza en nosotros como ciudadanos, no hay confianza en las instituciones que construimos, en los gobiernos por lo que votamos y la dirección que debemos mantener para prosperar. Sin embargo, parece que el cambio de época que fue impulsado por una mayoría hace cinco años está dando resultados.

La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) señala que en 2022 el ingreso trimestral por hogar creció por tres factores ya conocidos, sobre todo entre la población, que fueron los programas sociales, las remesas de los paisanos y el trabajo formal e independiente. Al mismo tiempo, el gasto por casa también creció, lo que confirma en una relación simple que hay más dinero en los bolsillos para adquirir productos básicos y servicios, lo que impacta favorablemente en las ventas y en el estado general de la economía nacional.

Los resultados de la ENIGH destacan una recuperación después de tres años de pandemia y una caída económica de menos ocho por ciento, por la crisis que obligó a poner el freno de mano en la actividad financiera del mundo. En 2020, y en los dos años siguientes, cada medida tomada por esta administración estuvo bajo un intenso escrutinio público, por decir lo menos, que hoy termina por dar la razón respecto a una toma de decisiones que no fue fácil en ningún país. Pero, vamos a los datos.

Todos los deciles (las clasificaciones por segmento social respecto de su ingreso) creen en comparación con el sexenio anterior, a la par que los hogares menos favorecidos recortaron su distancia con los de mayor capacidad económica como no se había visto en siete años; es decir, aumentó el dinero en los sectores de mayor pobreza, sin que los de mejor ingreso se vieran perjudicados.

En dos años (2020 a 2022) el ingreso trimestral por remesas aumentó casi un 40 por ciento, lo que se explica por el envío histórico de aportaciones de mexicanos en los Estados Unidos que no se detiene y que para este momento ya podríamos atribuir a una inyección de capital que no solo sirve para ayudar, sino a una inversión en el país de familias que consideran que su país de origen es un buen lugar para comprar bienes raíces o abrir pequeños negocios que sean atendidos por familiares.

En ese mismo periodo bianual, los programas sociales aportaron un crecimiento en el ingreso del 33.6 por ciento, lo que significa que alrededor de 30 millones de hogares que cuentan con al menos uno de éstos, mejoraron su situación económica respecto a los años anteriores, con todo y la emergencia sanitaria. La incorporación de más de tres millones de trabajadores a nóminas, también se ve reflejado, junto con la expansión de trabajadores independientes e informales.

El otro aumento relevante es el del gasto, particularmente en alimentos, mercancías, educación y esparcimiento que, en conjunto, representaron un alza de casi el 50 por ciento, lo que definitivamente es una buena noticia para las diferentes industrias del consumo, autoservicio, tiendas de conveniencia, mercados públicos y sobre ruedas e incluso plazas comerciales que concentran cines, tiendas departamentales, restaurantes y hoteles.

Analizar sin apasionamientos esta información nos ayuda a todos a comprender en qué punto se encuentra el país y formar un criterio acerca de lo que sucede realmente para aislarnos del ruido y la desinformación. Tenemos mucho por resolver, pero estos números son un punto de partida para ponernos de acuerdo en varios temas que, muchas veces, son utilizados para dividirnos. Menciono tres.

Los programas sociales universales son un gasto; falso, para muchos hogares con adultas y adultos mayores, jóvenes o menores de edad, son la salida de un estado de marginación que nadie merece.

El ingreso no se puede distribuir con justicia, si le quitas a unos para darle a otros. Tampoco es cierto de acuerdo con la ENIGH. Aunque todavía debe cerrarse la brecha de desigualdad, ningún segmento de ingresos altos o medios ha perdido debido a que se atienda a los sectores menos favorecidos y hasta han visto crecer su capacidad de compra, por lo que no existe una relación entre un efecto y otro. Si se ayuda abajo, también se ayuda arriba; no al revés.

Finalmente, que la recuperación estaba atada al endeudamiento o a las excepciones fiscales. La mayoría de la planta productiva registra crecimiento y no solo a niveles prepandemia, sino récord, comparado con las dos décadas anteriores.

Recomiendo que acudamos a la Encuesta y la leamos con cuidado, porque las buenas noticias no son producto de la casualidad y necesitan de la mayor atención posible si queremos abatir la desconfianza y convencernos de que vamos por el camino correcto.