El exdiputado federal, Porfirio Muñoz Ledo advirtió que pese a la popularidad y el poder de convocatoria del presidente Andrés Manuel López Obrador, este régimen tenderá a desgajarse en los próximos meses, antes de que se cumplan dos años.

Durante un evento en el que recibió la medalla Benito Juárez al mérito ciudadano, por parte de la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano, insistió en que al terminar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se abrirá una oportunidad para un cambio verdadero.

“Algo teme, y lo lamento, yo creo que está sintiendo el vacío del abandono del poder, sabiendo además que el nivel de concentración de poder que existe en México no es eterno, que, por fuerza de la política de la economía, de la sociedad, y de las ambiciones, este régimen tenderá a desgajarse en los próximos años”, dijo al referirse al evento del pasado 1 de diciembre, que encabezó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Muñoz Ledo aseguró que el presidente sigue instalado en la ruta de la protesta, como se ve regularmente, pero no le gusta negociar con nadie e insistió en que el zocalazo de la semana pasada es un prodigio de organización no de popularidad.

Aseguró que la historia de la transición en México está por escribirse pues terminará una etapa de una gran concentración del poder y recalcó que la República es la casa de todos, por lo que no puede estar sometida de ninguna manera.

“La República es la casa de todos, la República invita al consenso, la República necesita serenidad, la República no puede estar sometida a vaivenes pasajeros ni a negocios políticos”, acotó.

Al recordar su época en el Frente Democrático Nacional, el veterano político recordó que él y el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas fueron al mismo jardín de niños y desde ahí sus carreras políticas han fluido de manera paralela.

Al hacer un recorrido histórico por la historia de la democracia, aseguró que ha habido grandes figuras que han permitido el avance en el país y entre bromas aseguró que los maestros son los que cuentan los votos en México, porque están hasta el último rincón del país, seguidos de la cerveza Corona y la Coca-Cola.