POR EDUARDO VIZCARRA.
Este panteón es parte de la ciudad del Viejo Padilla que quedó bajo del agua cuando construyeron la Presa en 1971, también han emergido construcciones que incluye la plaza principal que durante décadas estuvo ahí así como la iglesia.
El pronóstico no es alentador si no cae una tormenta o huracán en la zona centro de Tamaulipas pues la sequía traerá consecuencias impredecibles para el campo y la capital que se surte del vital líquido a más de 300 mil habitantes.
Un reporte de la Comisión Nacional del Agua (CNA) sobre las principales presas en México, advierte que este embalse que distribuye la mayor parte de agua potable en la capital, continúe bajando su capacidad hasta llegar a un 33% unos 271 millones de metros cúbicos de agua lo que representa la tercera parte de su llenado total, con un nivel de afectación superior a lo registrado en la última década.
De continuar la sequía la Presa podrá continuar abasteciendo a la capital de Tamaulipas hasta el 2023, hasta su desaparición definitiva en 2024.