Tendría que pasar algo realmente extraordinario en lo que reste de su participación en la Copa del Mundo Qatar 2022, para que la culminación del ciclo de Gerardo Martino (cosa que ya es un hecho) sea acompañada de consecuencias poco agradables para quienes lo trajeron y apoyaron de una manera extraordinaria, dándole prácticamente las llaves de la selección a cambio de nulos cuestionamientos.

Daños colaterales, les suelen llamar.

Resulta que la cúpula de la Federación Mexicana de Futbol, incondicional hasta el fastidio con el entrenador argentino, quedará severamente dañada en su credibilidad con base en resultados poco gratos a lo largo de esta etapa, que debió ser REALMENTE ENCABEZADA por Martino y que está terminando como un barco a la deriva.

Las cuentas hasta el final suelo decir, pero lo que nunca cambió y no podrá ser de otra manera, fue el desapego que en todo momento mostró el estratega con los temas relacionados con nuestro futbol.

Fue hasta que ha tenido el agua hasta el cuello, cuando se refirió a la estructura del torneo, sus características, falencias y por ahí alguna virtud. Siempre fue ajeno al medio, no se involucró con nada ni con nadie. Jamás fue partícipe de algún plan a mediano o largo plazo… Y así nos fue.

Difícil, casi imposible que haya algún regreso al país para explicarle, a la gente, no a los medios, acerca de qué se trató todo lo vivido. No habrá evaluación y desde ahora, SPOILER ALERT: Alguna declaración a la distancia acerca de lo mal que estamos. Una victimización inminente, de la que habremos de ser testigos.

Los que se quedan, en medio de una crisis de credibilidad que alguna consecuencia tendrá. Supongo. Además de “mucho trabajo por delante”, porque seguramente la casa, quedará hecha un tiradero.

Eso, si no pasa algo realmente MILAGROSO, en días próximos.

CANELO Y LA CAJA CHINA (VOLUNTARIA O NO)

Con intención o sin ella, la desafortunada intervención de Saúl “Canelo” Álvarez en redes sociales en su guerra contra Lionel Messi tiene algún o algunos “ribetes positi- vos”:

Involucró al boxeador mexicano a la conversación de la Copa del Mundo, en varios países. Quienes saben de mercadotecnia, me darán la razón de que algo así para un atleta famoso, es bueno. Representa atención y en consecuencia, dinero.

Ya de paso, distrajo la atención masiva y mediática de las carencias futbolísticas mostradas por el tricolor: De que no le hacen un gol a nadie y la eliminación parece estar a la vuelta de la esquina.

Algo tendría que agradecerle el cuerpo técnico tricolor al tapatío por este distractor oportuno.

Ya del tema en particular, una reflexión:

Algo anda “ligeramente mal” en tu escala de valores o de conocimientos, si piensas que la camiseta de la selección de futbol, es un símbolo patrio. Incluso Google, te puede sacar de la duda, si es que la tienes.