Indígenas exigen justicia para desaparecidos y presos políticos en México

30, mayo 2022

San Cristóbal de Las Casas (México), 30 may (EFE).- Alrededor de 300 indígenas de las comunidades de Acala, Ocosingo y Altamirano marcharon este lunes por diferentes calles del municipio de San Cristóbal de Las Casas, en el suroriental estado mexicano de Chiapas, para exigir la liberación de presos políticos y la presentación con vida de los detenidos desaparecidos.

Hombres y mujeres con rostros cubiertos, todos ellos integrantes del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), marcharon portando palos y gritando diferentes consignas para exigir a las autoridades la libertad de los presos políticos recluidos en diversos penales del país.

Durante su manifestación pasaron lista a los “revolucionarios desaparecidos”.

Los manifestantes realizaron pintas en diferentes edificios del Gobierno y tiendas comerciales y portaron mantas con las leyendas “Libertad y justicia, presentación con libertad a presos políticos” y “Fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a favor de los desaparecidos”.

La marcha partió del Hospital de las Culturas hacia el centro de la ciudad, en donde concluyeron con un mitin político para demandar el fallo resolutivo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), especialmente a favor de dos desaparecidos: Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya.

Cruz y Reyes fueron detenidos y desaparecidos el pasado 25 de mayo en la capital de Oaxaca, presuntamente por el Estado mexicano, a través de las corporaciones policíacas militares, “un crimen que a la fecha se mantiene en la impunidad”, expresaron los manifestantes.

Entre los inconformes estaban algunas personas que fueron presos políticos, quienes manifestaron que el sistema judicial de México y de Chiapas están plagados “de corrupción e impunidad, con prácticas de tortura y fabricación de delitos, violentando los derechos humanos de las personas indígenas”.

México registra un total de 245.528 personas desaparecidas, no localizadas y localizadas, desde 1964. De ellos, poco más de 100.000 todavía no se sabe dónde están o qué les pasó. EFE