Inesperado desplome de España ante Suiza

26, septiembre 2022

EFE

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Tan inesperado como real fue el desplome de la selección española, que perdió el fin de semana ante Suiza, en Zaragoza, en un regreso en el que se alejó tres meses después de sus señas de identidad, recuperó la inestabilidad defensiva, la falta de colmillo en área rival, imprecisa con el balón y sin que brillasen sus habituales referentes, especialmente desconocidos Pedri y Ferran Torres, en una derrota ante Suiza que obliga a ganar a Portugal en su casa en el marco de la Liga de Naciones.

Seguro que fue algo pasajero, fruto de una mala noche, pero la selección española se alejó más que nunca del patrón que impone Luis Enrique Martínez como seleccionador. No mostró sus cualidades técnicas en la abrumadora posesión (74%), siempre una de sus principales virtudes, especialmente imprecisa en el primer acto con pérdidas continuas de balón. De 803 pases intentados, completó con éxito 719, un dato difícil de encontrar en sus partidos. Preocupa porque faltan apenas dos meses para el Mundial.

No ejerció presión asfixiante sobre el rival. Al no ‘morder’ arriba, la recuperación llegaba lejos de área rival y rebajó su eficacia en fase ofensiva. Ataques previsibles con centros sin rematador (de trece solamente uno acabó en remate). Fue una de las consecuencias de la apuesta de Luis Enrique por una prueba que no funcionó, jugar sin un 9 puro disponiendo de Álvaro Morata y Borja Iglesias.

La idea de Luis Enrique fue premiar a Marco Asensio por su gran labor en los entrenamientos y buscar una variante inesperada por los potentes centrales suizos. “Pensé en un 9 diferente que nos da más asociación”, reconoció el seleccionador. En lugar de buscar el pulso físico del uno contra uno, la pelea en el juego aéreo, los quiso sacar de zona para que jugadores de ataque y de segunda línea encontrasen espacios por los que sorprender.

No ocurrió y la realidad es que quedó demostrado que Asensio no está cómodo jugando en punta, alejado de la banda donde puede siempre encarar o ir hacia dentro para soltar su disparo lejano. De espaldas a portería estuvo incómodo y para mostrar sus ganas de devolver a Luis Enrique la confianza que ha depositado en él en los últimos partidos, pese a sus pocos minutos en el Real Madrid, tuvo que retrasar en exceso su posición, desaparecer de la zona de remate y poder tener contacto con el balón. Así inventó el gol, fruto de uno acción individualidad de alta calidad, que metió a España por momentos en el partido, pero que al final de poco serviría.

El relevo de Sergio Ramos en el centro de la defensa lo asumió con naturalidad Aymeric Laporte. Su rendimiento fue inmediato y sus ausencias las paga caras la selección. Eric García y Pau Torres mostraron debilidad como pareja, falta de contundencia, excesivos nervios ante cualquier ataque de Suiza. Cada llegada del rival dejaba peligro por la mala actitud defensiva del bloque. El centro del campo no encontró forma de taponar a los rivales y tanto Shaqiri como Embolo jugaron con comodidad.

En 21 ataques suizos, por 52 de España, a Suiza le sirvió para disparar en más ocasiones a la puerta defendida por Unai Simón (5) que a España en la de Sommer (4). Refleja la fragilidad defensiva que quedó patente en los dos saques de esquina que costaron los goles. Errores de marcaje que permitieron a Suiza explotar su superioridad en acciones a balón parado y castigar a una selección que no va sobrada de gol.