Lanza 4T Guía Ética, no ‘Constitución Moral’: AMLO

26, noviembre 2020

El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó ayer en Palacio Nacional la Guía Ética para la Transformación de México, un texto, que incidiría para revertir la degradación de la vida en la República.

La intención, sin que el texto sea de observación obligatoria, es: “Echar abajo el código perverso donde lo más importante era el lucro”, agregó.

Se tiene planeado imprimir ocho millones de ejemplares para entregarlos, primero, a los adultos mayores, quienes podrían trasmitir sus preceptos a hijos y nietos.

El trabajo es resultado de amplias consultas de grupos de la sociedad civil, académicos, universidades, expertos e intelectuales que no cobraron y que como lo hizo antes Alfonso Reyes, se pretende influir valores en la colectividad.

Después de los adultos mayores se pretende entregar la Guía Ética para la Transformación de México a maestros, soldados, marinos y todos los servidores públicos.

El jefe del Ejecutivo señaló que la Guía se elaboró con extremo cuidado, para ser incluyente y sirva a todos los sectores de la sociedad.

Se evitó el nombre de Constitución Moral como resultado del diálogo y consenso de todos quienes participaron su diseño.

El texto resume ideas principales de lo que se ha llamado “República Amorosa” y la intención es fortalecer los valores que se pervirtieron en las pasadas administraciones debido a la corrupción y la obsesión por el dinero y el poder en forma ilegal y sin escrúpulos.

Los redactores de la Guía son: Margarita Valdés González, José Agustín Ortiz Pinchetti, Pedro Miguel, Enrique Galván Ochoa, Verónica Velasco Aranda y Jesús Ramírez Cuevas.

Aun no se tienen los costos globales de la obra y distribución, pero en las próximas semanas se transparentará.

Se pretende entregar los textos junto con el próximo depósito que reciban los adultos mayores.

En su presentación destaca:

“El comportamiento apegado a normas éticas es indispensable para vivir en armonía con nuestra conciencia y para el bienestar y buen funcionamiento de las parejas, las familias y las amistades, las vecindades y multifamiliares, los barrios, las ciudades, los ejidos, las comunidades, las organizaciones civiles, las empresas, las instituciones, los países y hasta la comunidad internacional. En cambio, el abandono de tales normas conduce más temprano que tarde a las conductas antisociales, al desprecio a la ley, a la destrucción de la paz y a la desintegración en todos los niveles de la sociedad.

Se establece así un círculo vicioso y una caída en espiral de la civilización a la barbarie. Así, una sociedad que se desentiende de la protección a sus integrantes más débiles cae muy pronto en la ley de la jungla, en la que los más fuertes imponen sus decisiones y sus intereses y oprimen al resto, y en la que todos luchan entre sí en una competencia despiadada que coloca al colectivo en el camino de la desintegración.

La difusión y el reforzamiento de valores éticos permite superar rupturas y fracturas, fortalece el respeto de las personas a sí mismas y a los demás, construye confianza, facilita los acuerdos y la colaboración e impulsa de ese modo el desarrollo de sociedades fuertes, libres y justas. Mientras más se extienda en la sociedad el sentido ético, mayores serán el bienestar y la armonía social, habrá una mejor convivencia y será menor la necesidad de perseguir delitos.

El régimen neoliberal y oligárquico que imperó en el país entre los años ochenta del siglo pasado y las dos primeras décadas del siglo XXI machacó por todos los medios la idea de que la cultura tradicional del pueblo mexicano era sinónimo de atraso y que la modernidad residía en valores como la competitividad, la rentabilidad, la productividad y el éxito personal en contraposición a la fraternidad y a los intereses colectivos; predicó que la población debía acomodarse a los vaivenes de la economía, en vez de promover una economía que diera satisfacción a las necesidades de la gente; los más altos funcionarios dieron ejemplo de comportamientos corruptos y delictivos y de desprecio por el pueblo y hasta por la vida humana.

Buena parte de la actividad empresarial se contaminó de un pragmatismo extremo en el que toda consideración humana y todo interés nacional se desechaba en aras de la ganancia desmedida. Los comportamientos corruptos proliferaron también entre organizaciones sindicales, agrarias y de la sociedad civil y se extendieron incluso al seno de núcleos familiares. Se distorsionó y erosionó la ética que ha caracterizado al pueblo mexicano a lo largo de su historia y ello tuvo como consecuencia un declive moral generalizado en el país.

Ante la descomposición y la decadencia a la que México fue conducido, proponemos reafirmar, difundir y promover los principios éticos hasta hace poco menospreciados y ridiculizados en el pasado reciente desde las alturas del poder político y económico, así como incorporar y fortalecer otras normas de conducta que han ido surgiendo en el mundo y en el país como resultado de la reflexión sobre temas de moral social y del avance civilizatorio general.

Toda transformación social perdurable y de alcance histórico conlleva un cambio en el acuerdo general sobre los principios de convivencia, y en ese cambio se combinan la recuperación de normas tradicionales que habían sido abandonadas y un avance hacia nuevas nociones morales que nos permitan resolver dilemas éticos de nuestro tiempo. Desde luego, la adopción de una nueva guía ética por parte de la sociedad debe ser fruto del acuerdo y no de la imposición, de la educación y no de la coerción.

La Cuarta Transformación de la Vida Pública Nacional se ha propuesto erradicar la corrupción, construir un Estado de bienestar y de derecho y heredar un país libre, democrático y soberano, en el que la política se oriente por el principio del servicio a los demás y en el que el desarrollo no deje fuera a nadie. Para cumplir tales propósitos es obligado impulsar una revolución de las conciencias, esto es, construir una nueva ética humanista y solidaria que conduzca a la recuperación de valores tradicionales mexicanos y universales y de nuestra grandeza nacional.

Como el resto del mundo, México atraviesa actualmente por una crisis sanitaria sumamente dolorosa que se ha cobrado vidas innumerables y que ha traído sufrimiento espiritual y material a millones de mexicanos. La pandemia de covid-19 puso a la humanidad y a nuestro país ante el desafío de una renovación ética, pero también sacó a relucir conductas ejemplares, tanto en lo social como en lo individual, que deben ser reconocidas e impulsadas: la cohesión familiar, el sacrificio desinteresado del personal de personas salir adelante a pesar del dislocamiento de la economía causado en casi todos los países por las medidas de mitigación de los contagios. En nuestra nación esas conductas han significado la diferencia entre una situación crítica y un desastre total, y se ha procurado tomarlas en cuenta para la elaboración de esta guía.

Se presenta aquí una síntesis de principios, valores y preceptos que, sin ser exhaustiva, ofrece los principios y valores generalmente considerados como positivos para la construcción de una vida y una sociedad mejores, para promover soluciones moralmente aceptables cuando entran en conflicto los fines particulares y los fines colectivos y para incrementar el

bienestar físico, psicológico, emocional, espiritual,

político, social, económico y ambiental de los mexicanos. Tiene como propósito contribuir a la construcción de una convivencia nacional pacífica, cívica, con

libertad, paz, justicia, dignidad y seguridad.

Este documento es producto de consultas, discusiones y reflexiones colectivas en las que participó mucha gente y procura conciliar el sentir común con la

pluralidad de sentires. Quienes lo suscribimos asumimos la entera responsabilidad de lo escrito. No sólo somos conscientes de su carácter polémico, sino que esperamos ofrecer un texto que aliente la discusión y le sirva de base, con la certeza de que es perfectible y que está abierto a la corrección y el enriquecimiento por parte de la ciudadanía, sin exclusión alguna. Esperamos, pues, que la primera edición de esta guía suscite reflexiones, críticas y observaciones que en el futuro próximo puedan ser incorporadas en una nueva versión”.

Durante la conferencia sus redactores hablaron de los 20 puntos que aborda y destacaron las ideas fundamentales que se sintetizan en: Respeto a la diferencia, La vida, La dignidad, Libertad, Amor, Sufrimiento y el placer, Pasado y futuro, Gratitud,  Perdón, Redención, Igualdad;  Verdad, la palabra y la confianza, Fraternidad, Leyes y justicia, Autoridad y el poder, Trabajo, Riqueza, Economía, Acuerdos, La familia y Los animales, plantas y cosas.

Este texto es uno de los cien compromisos de los cuales informará el próximo 1ro., de diciembre en su Informe Anual.