Mercados estómago de la CDMX

7, julio 2022

Por Fernando Fuentes

Sin los mercados, una ciudad como la de México no sería viable, porque se trata del “órgano que le da toda la energía, precisamente, para estar vivos en muchos aspectos”, consideró el arquitecto Felipe Leal, miembro de El Colegio Nacional, al moderar la mesa “Los mercados, estómagos urbanos”.
La charla, realizada en el Aula Mayor de El Colegio Nacional, y transmitida a través de las redes sociales de la institución, continuó con el ciclo Siempre Noble y Leal: la Ciudad de México a través de la historia, la arquitectura, el cine y la fotografía, coordinado por el colegiado Vicente Quirarte, y contó con la participación de los cronistas Ángeles González Gamio y Jorge Pedro Uribe; y el arquitecto Axel Arañó.
“El abasto es la parte fundamental, por eso son los estómagos urbanos; si al estómago no le damos ese alimento, nuestro cuerpo no puede funcionar y es lo mismo en el caso de los mercados: sin ellos, las ciudades no serían viables: es el órgano que le da toda la energía, precisamente, para estar vivo en muchos aspectos, por supuesto en lo físico, pero también en la parte de la cultura”, señaló Leal.
El arquitecto hizo un breve repaso por la historia de los mercados de la CDMX, desde la época prehispánica hasta la actualidad, con la existencia de unos 329 mercados, con 70 mil locales, que se concentran principalmente en las alcaldías de Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, “la gran mayoría, tradicionales”.
Leal agregó que los mercados son hitos urbanos, marcas referenciales de una ciudad que, para muchos, “siguen siendo una zona de encuentro y una forma de cohesión social, porque son un espacio que se convierte en una zona entrañable en donde se hallan el gusto y sabor de los alimentos, el apego a las costumbres y hábitos, y otras percepciones como la memoria histórica de la ciudad”.
Recordó que la actual Plaza de la Constitución, o Zócalo, se trazaron en la época de Moctezuma “y ahí se estableció el primer mercado, la plaza, donde se abastecían de los alimentos”. Más tarde, ante el crecimiento de Tenochtitlan, el mercado fue insuficiente y los aztecas construyeron Tlatelolco, “ya que contaba con facilidades de comunicación a través de la Lagunilla”, aunque había otros mercados especializados, como el de la sal, en el barrio de Atenatitlán; el de los perros para comer, en Acolman; y el de los esclavos, en Azcapotzalco.
En la época colonial, en 1703, se inauguró el Parián, dentro del zócalo, y el Mercado de La Merced “empezó a tener un gran auge como centro introductor y distribuidor mayorista, porque ahí estaban los embarcaderos por donde llegaban las mercancías por la vía fluvial”. Ya entrado el siglo XX, en 1969 se crean los mercados sobre ruedas, que “se hicieron con el objeto de romper con el intermediarismo” y, en 1982, se inaugura la Central de Abasto ante los grandes problemas que había en La Merced.
FRONTERAS.
Los trabajadores de la planta en Cuautla, Morelos, de Sain-Gobian decidieron no legitimar el Contrato Colectivo que administraba el Sindicato de Trabajadores de la Industria del Vidrio, afiliado a la Confederación de Trabajadores y Campesinos (CTC).
Tras dos días de votaciones, el resultado fue 814 trabajadores por la no ratificación del contrato y 700 por el sí.
Premio Nacional de Periodismo 2008 y 2016. Premio Nacional de Periodismo 2013. ferfuentesmty@hotmail.com