Javier Aguirre terminó su segundo examen al frente de la Selección Mexicana con un empate, luego de que el Tri igualó sin anotaciones ante Canadá en el AT&T Stadium, en un encuentro muy ríspido, que se disputó muy desde lo físico y no tanto desde lo futbolístico, aspecto que el veterano entrenador deberá trabajar y mucho con su equipo, para próximos encuentros.

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Su equipo mostró que tiene un espíritu distinto al de anteriores selecciones, uno que por ahora es más de combate y no tanto de buen manejo de la pelota, lo cual con el paso de los entrenamientos y que este grupo de futbolistas se siga entrenando bajo el mando del Vasco, tendrá que avanzar poco a poco.

A la Selección Mexicana se le juzgaba tanto por su mal accionar y sus paupérrimas presentaciones, pero también por su actitud pusilánime en el terreno de juego, donde la ausencia de líderes encargados de pegar el grito, de meter la pierna fuerte y establecer condiciones en el en la cancha ante la adversidad, eran el pan nuestro de cada día.

Es cierto que a este Tri de Javier Aguirre nada más le aprietan el acelerador, se le presenta un rival de mayor envergadura como es Canadá y el transitar de un partido se le complica bastante, a diferencia de lo que fue el sábado pasado ante una malísima Nueva Zelanda en la goleada 3-0 en el Rose Bowl de Pasadena.

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Pero ahora, esta Selección del Vasco se ve una a la que si le cuesta trabajo el rival que tiene enfrente, va y lo aprieta, lo muerde, lo presiona, lo incomoda, le deja “recuerditos” con alguna entrada dura pero sin llegar a ser un juego totalmente sucio, marrullero o violento.

El sello de Javier Aguirre en la actitud; porque el veterano estratega ha dicho una y otra y otra vez que esa no es negociable, que el futbolista mexicano debe “romperse la madre” por el escudo que trae en el pecho y, sobre todo, sentirse orgulloso de representar a todo un país.

Algo que en anteriores procesos ni con Jaime Lozano, Diego Cocca y mucho menos con Gerardo Martino por casualidad se asomaba, toda vez que parecían futbolistas sin sangre o que ante cualquier tipo de adversidad, se los comía la presión, se les nublaba el entendimiento y las piernas se les desconectaban.

Claro está que en el futbol tampoco se trata solo de morder, de apretar, de meter la pierna fuerte y de incomodar al rival, también se trata de jugar bien a la pelota, de mostrar calidad en el terreno de juego y demostrar que estos jugadores que han sido criticados de arriba a abajo y tildados de ser la peor generación en varias décadas, tienen argumentos para jugar mejor.

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Eso tendrán que demostrarlo primero al nuevo entrenador y después al público, que nuevamente en Estados Unidos abandonó al equipo mexicano, con una paupérrima entrada en el AT&T Stadium, el cual cerró las bandejas de arriba por la muy baja demanda de boletos, tal cual pasó el sábado pasado en el Rose Bowl de Pasadena ante los neozelandeses.

Canadá sí que fue un reto para México, porque es un muchísimo mejor equipo y para muestra de ello que terminó en cuarto lugar de la pasada Copa América, algo que ni de lejos consiguió el Tri entonces dirigido por Jaime Lozano el verano pasado.

También que en su primer partido de esta Fecha FIFA derrotó a Estados Unidos en Kansas City y hoy por hoy es el mejor equipo de la Concacaf, con futbolistas como Alphonso Davies del Bayern Munich o Jonathan David del Lille, solo por mencionar un par.

Para este juego, Javier Aguirre metió seis cambios de inicio con relación al once que presentó ante Nueva Zelanda y el que más le pegó al Tri fue la ausencia de César Montes, quien dejó la concentración para ir a cerrar su pase al Lokomotiv de Moscú.

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Porque fue por arriba que Canadá casi le mete el primer gol del juego. Al 42′, un atajadón del arquero Luis Malagón a un cabezazo de Cyle Larin quien le ganó la marca a Víctor Guzmán, evitó que el Tri se fuera al mediotiempo con la desventaja en el marcador. El portero azulcrema, confirmó su jerarquía y cuando se le exigió a fondo respondió muy bien.

Con el cero en el arco gracias a Malagón, México llevó a buen puerto un primer tiempo en el que le costó mucho trabajo la dinámica canadiense, la velocidad de sus futbolistas y su incisiva idea de juego al frente, sin que tampoco fuera tan claro a la hora de construir las jugadas.

Fue hasta la segunda parte que en términos futbolísticos, el Tri se vio mejor y tuvo las más claras de todo el juego para anotar. Al 53′, un gran pase filtrado de César Huerta, dejó a Santiago Giménez con la pelota a modo dentro del área; el artillero, quien de nuevo fue titular sacó el disparo, pero el arquero Dayne St. Clair le achicó el ángulo y evitó el gol mexicano.

Dos minutos después de esa acción, se reclamaba una mano de Canadá dentro del área la cual no fructificó, porque el árbitro Víctor Rivas no concedió que hubiera infracción; eso sacó de sus cabales a Javier Aguirre, por lo que el entrenador nacional fue amonestado por el silbante. Si se trata de morder dentro del campo, el Vasco también es un viejo lobo de mar y bien que sabe morder a los silbantes desde la zona técnica.

Tras ese episodio, la segunda oportunidad para el Tri fue al 71′, con un disparo muy potente de Roberto Alvarado dentro del área, que el guardameta canadiense logró mandar a tiro de esquina con muy buenos reflejos para evitar la caída de su marco.

En tanto que Canadá renunció al ataque en la segunda mitad y tuvo muy poco al frente, por lo que prácticamente no preocupó a la línea defensiva de México; vinieron los cambios en ambos equipos y ahí el Tri se vio un poquito mejor que su rival.

En los últimos minutos, Johan Vásquez metió un riflazo que Alphonso Davies alcanzó a desviar y luego en el tiro de esquina, de nuevo el defensa del Genoa remató a placer pero sin dirección de portería para convertirlo en anotación.

Un partido lleno de faltas, demasiado disputado en lo físico, con un árbitro que cortó muchísimo las acciones porque prácticamente cualquier acción disputada la marcaba como falta, lo cual no permitió que el encuentro tuviera fluidez y fuera más atractivo para el espectador.

Pero al menos, este México mostró que cuando hay que volverse incómodo ante un rival que lo supera en términos futbolísticos, cuando hay que moderlo, apretarlo y meter la pierna, tiene los argumentos para hacerlo. Ahora, solo falta que juegue mejor, porque el futbol se gana con goles y no con pura actitud de guerrero.

La Selección Mexicana se volverá a reunir para la próxima Fecha FIFA de octubre en la que enfrentará el día 12 al Valencia en el Estadio Cuauhtémoc de Puebla y el 15 a Estados Unidos en el Estadio Akron en Guadalajara.