Negociar con los narcos y volver al reloj de Dios

6, julio 2022

El fracaso de la estrategia abrazos, no balazos, 122 mil homicidios dolosos en apenas tres años y medio de gobierno, la desesperación por la imparable ola de violencia y el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, en Chihuahua, detonaron una creciente demanda de un pacto social que incluya a los malandros.

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) hizo un llamado el lunes a un acuerdo, a construir la paz, con base en el diálogo y la oración. La Arquidiócesis Primada de México se sumó ayer a la convocatoria. En Zacatecas, el obispo Sigifredo Noriega, dominado por el crimen y con un gobernador que sólo pide encomendarse a Dios, hizo el martes un exhorto a sentarse a negociar hasta con los malhechores. El pronunciamiento llega cuando la Iglesia católica ha sido atacada por los criminales, que el domingo golpearon a un cura en Michoacán. Y hasta por Andrés Manuel López Obrador, que le acusa de servir a los conservadores para golpear a su gobierno y de callar antes cuando se cometían masacres… como si hoy no sucedieran. Ayer, en su mañanera de Palacio, el tabasqueño aplaudió ese llamado a un pacto, a un acuerdo con los malandrines. Porque también son humanos, por supuesto. Y defiende su estrategia. No está dispuesto a cambiarla. Atacar las causas, con becas a los jóvenes para alejarlos de la tentación de los criminales, y no con ataques ni masacres, ha dicho. Ya es otro tono y lo aplaudo, dijo. Los curas, los sacerdotes, la Iglesia, han sido históricamente intermediarios entre sociedad, ricos… y delincuentes. Pero el asesinato de los padres Javier Campos y Joaquín Mora hace dos semanas acabó con ese código, uno de los últimos que existía: el respeto a los representantes de Dios en la Tierra.

Porque, aunque paradójico, los criminales, los asesinos, son creyentes. En sus ranchos, en sus propiedades, siempre hay imágenes religiosas. Habrá que ver cómo se sientan esos delincuentes a la mesa.

REGAÑA A LAYDA

-Quiero expresar mi inconformidad por la forma en que se llevó a cabo un procedimiento judicial en Campeche. Hablo de la forma en que entra- ron a hacer una diligencia en la casa del presidente del PRI.

Ustedes saben que el señor no es santo de mi devoción, pero no estoy de acuerdo con el procedimiento, porque es indigno, porque no se puede humillar, vulnerar, la dignidad de las personas.

Así se expresó López Obrador ayer luego del cateo violento que el fiscal de Campeche Renato Sales ordenó en contra de una de las casas de Alejandro Moreno Cárdenas, líder del PRI.

Mientras, la ejecutora, Layda Sansores, gobernadora, continúa con la publicaciones de audios y videos, producto del espionaje. Y se escuda en el fuero y en que sabe que para que pudiera actuarse legalmente en su contra tendría que suceder prácticamente un milagro.

Se llama impunidad y abuso del poder.

SE MURIÓ EL HORARIO DE VERANO

“La elección del horario de verano es política y se puede cambiar”.
“Lo recomendable es volver al horario estándar que es cuando la hora del reloj solar coincide con la hora del reloj social, el reloj de Dios”. Así lo dijo el secretario de Salud, Jorge Alcocer, al anunciar su fin. Vámonos: ¿Alguien le cree a Claudia Sheinbaum cuando recorre el Metro, sola, por supuesto, para supervisar las reparaciones?

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