MARTÍN AVILÉS

Foto: Mexsport

En solo seis meses, a André Jardine le bastó con agitar su varita mágica para cambiar el destino del Club América. El brasileño ha sido un mago capaz de romper el hechizo que tenía anclado al equipo azulcrema luego de tres Semifinales consecutivas eliminado, pero bajo su mandato, el título 14 en la historia de la institución está a la vuelta de la esquina.

Pero antes, el amazónico y sus pupilos deberán sortear la serie más difícil ante el actual campeón del futbol mexicano, los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), dueños de una dinastía de cinco títulos en los últimos 15 torneos. Será pues, tiempo de ajustar cuentas pendientes, todas vez que ambos clubes disputarán su tercera final en nueve años, todo un clásico en potencia.

“Sí (puede considerarse clásico), porque somos dos grandes clubes que tienen un rendimiento importante, pelean por el título y siempre están arriba, creo que puede ser un escenario para enfrentarnos más veces. Estos clásicos partidos se crean por estar un tiempo por los mismo objetivos. Ojalá estemos más veces, es un partido que va creciendo”, aseguró el timonel durante el Día de Medios de la Final del Apertura 2023.

Por más que los Tigres de André-Pierre Gignac tengan toda la experiencia de su lado al dominar la Liga MX a placer tras adueñarse de una tercera parte de todos los títulos de los últimos tres lustros, al estratega brasileño para nada le inquieta ni le asusta esa condición de su rival en turno, pues en su plantel existe talento suficiente para contrarrestar esa tendencia.

“Sin duda son jugadores de mucha jerarquía, lo han probado en México, pero nosotros tenemos también mucha jerarquía. Malagón es el portero titular de la Selección y a Henry Martín como artillero en las últimas temporadas. Eso tiene mucho peso, ojalá salgan en una noche inspirada, pero hay que estar muy conectados porque los jugadores pueden hacer la diferencia”, señaló.

“Hay un equilibrio muy grande en todas las posiciones, no hay un jugador sea muy superior a otro. Hay que respetar la historia, para mí hay un equilibrio bastante grande que nos da la sensación de un partido muy cerrado”, agregó.

Tampoco le preocupan a Jardine los sonoros abucheos de los que fue víctima el equipo milloneta tras su derrota ante Atlético San Luis en la Vuelta de las Semifinales en el Estadio Azteca, en el que fue apenas su segundo descalabro del torneo. El amazónico de 44 años sabe que así es el nivel de exigencia de los aficionados.

“Consideramos los partidos de Liguilla en 180 minutos y ganamos 5-2. No fue fácil manejar el partido de Vuelta. Tomamos la decisión de hacer rotación, jugar con otros jugadores importantes, sabíamos que podríamos tener un decrecimiento, era un partido difícil, pero respetamos al rival a pesar de que teníamos una ventaja casi imposible. Por eso manejamos el partido de esa forma”, zanjó.