Pese a decreto, tortillas podrían llevar maíz transgénico, advierte especialista

26, febrero 2023

PATRICIA RAMÍREZ

Foto: Cuartoscuro

Especialistas advirtieron que el decreto presidencial para prohibir la importación de maíz transgénico no incluye la elaboración de harina industrializada con la que se hacen las tortillas, por lo que podría seguir utilizándose para consumo humano, advirtió la doctora Alma Piñeyro Nelson, profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Explicó que se incluyeron diversas categorías de maíz según su uso y se dice que no se va emplear para consumo de prsonas, en particular para el sector de la masa y la tortilla; sin embargo, la posibilidad de utilizar previa industrialización del grano importado, deja abierta la puerta para ser comido por la mayoría de la población.

La académica del departamento de Producción Agrícola y Animal de la unidad Xochimilco, esa disposición es problemática pues resta fuerza al decreto del año 2020, porque el sector de la masa y de la tortilla es uno, empero, la fabricación de la harina industrializada que se utiliza para tortillas, totopos y cereales parece quedar sin regulación, ya que no está clara la normatividad que se utiliza a esas empresas para garantizar que no utilicen el grano transgénico importado.

Precisó que en la ley queda especificada que las autoridades competentes en materia de bioseguridad, las secretarías de Medio Ambiente, de Salud y de Hacienda y Crédito Público, tienen que implementar medidas para abstenerse de adquirir, utilizar, distribuir, promover e importar maíz genéticamente modificado, pero no se dice cómo lo van a lograr.

La doctora en ciencias biomédicas refirió que esa falta de claridad de cómo regular el uso del maíz transgénico se da en un contexto de una opacidad sobre características son las rutas de trasiego del grano importado de Estados Unidos una vez que entra al territorio nacional.

“Una vez que el maíz está en México no se tiene una base de datos actualizable para saber cuáles son los concentradores de granos regionales y nada avala que no se esté mezclando el maíz importado con el blanco que se produce en el país y que está primordialmente destinado para la alimentación humana”, subrayó.

En este sentido, no es claro cómo van a separar el que se empleará para la masa y la tortilla del que se utiliza para comestibles industrializados para el consumo de personas, que es una frontera porosa.

La evidencia de esta porosidad fue documentada en dos investigaciones en las que participa la académica: Presencia de secuencias transgénicas en masa para tortillas de poblados urbanos y rurales de la Meseta Purépecha, Michoacán, México Como parte de esas investigaciones se consultó a las autoridades competentes para solicitar los datos sobre los concentradores de granos nacionales e importados para entender los patrones de trasiego al interior del país, pues “nuestros estudios sugieren que no sólo se usa para provisión animal y productos industriales , sino que está acabando en la cadena de alimentación humana, ya que se compra muy barato porque está hípersubsidiado en Estados Unidos”.

Acerca del daño que ocasiona el consumo de maíz genéticamente modificado, precisó que hay varios análisis de alimentación en ratas como el muy controvertido estudio de Gilles-Eric Seralini –investigador francés y colaboradores– que por cuestiones políticas fue borrado, pero que fue republicado con más evidencia.

También hay pesquisas en puercos y otros mamíferos en las que se ve que el uso de grano transgénico, en particular el que soporta el herbicida glifosato, genera alteraciones fisiológicas.

La también experta en biomonitoreo de organismos genéticamente modificados en México comentó que hace falta información de estudios de alimentación más precisos y detallados con maíz modificado para resistir insectos, esa tolerancia se ha logrado mediante la introducción de genes que vienen de bacterias del suelo que generan endotoxinas que matan a las larvas cuando consumen esas bacterias.

Esos genes son extraídos e introducidos a las plantas, que a su vez producen las endotoxinas que cuando son atacadas por larvas son ingeridas y eventualmente se cristalizan en el estómago y las matan.

Las nuevas variedades de maíz no sólo soportan tolerancia al glifosato, sino a otros herbicidas, incluido el glufosinato de amonio eso se perfecciona al generar un grano genéticamente modificado y otro que soporta larvas de insectos para después cruzarlos entre sí, dando lugar a plantas hijas que soportaron el glifosato ya ciertos insectos, especificó la doctora Piñeyro Nelson.

Estos son los híbridos transgénicos actuales que se venden y siembran en Estados Unidos. Por tanto, hay evidencia de daños a la salud por el consumo del glifosato y del maíz genéticamente modificado con trazas de glifosato.

Sobre la prohibición del uso de ese compuesto en México, destaca que hay esfuerzos del gobierno, coordinados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que deberían ser encabezados por la Secretaría de Agricultura, que han generado una serie de bioinsecticidas, “pero hasta dónde tenemos la capacidad de producir esos productos a la escala necesaria o importarlos para cubrir la demanda nacional, es uno de los grandes pendientes a indagar”.