MARTÍN AVILÉS

Foto: Reuters

El auto más dominante de la historia es cosa del pasado. Con el 2024 a la vuelta de la esquina, el RB19 dará inminentemente su lugar al RB20, el nuevo monoplaza con el que Red Bull intentará refrendar su hegemonía en la Fórmula 1 con Max Verstappen y Checo Pérez al volante.

Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas para el equipo de Milton Keynes en esta temporada baja. Desde Italia, reportes indican que el nuevo RB20 no ha superado con éxito los ‘crash test’ o pruebas de choque.

Los delegados de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) efectúan pruebas frontales y laterales al monocasco para que este garantice la seguridad de los pilotos en caso de accidente. Pero el nuevo prototipo de Red Bull no la ha librado.

Sin embargo es un situación que la escudería puede solucionar fácilmente en un siguiente intento. Las pruebas se efectuaron antes de la Navidad en una de las sedes habilitadas por la FIA como es el centro técnico de Cranfield.

La negativa podría deberse al agresivo intento por crear un morro más corto que permita aligerar el peso del futuro monoplaza y situarse por debajo del límite de los 798 kilogramos.

Por lo pronto, Verstappen ya dio señales de lo que será el auto del año que viene durante el podcast Talking Bulls que compartió con Pérez.

“Vi algunos dibujos, no el coche real porque aún no existe, pero se ve bien, parece interesante”, dijo el tricampeón mundial.
El auto más esperado del mundo podría presentarse el sábado 10 de febrero, aunque podría ser solamente el diseño y no el monoplaza como tal, mismo que solamente se conocerá cuando salga a pista en las pruebas de pretemporada en Bahréin el 21 de febrero.