Reclama la IP informe ágil y transparente

5, septiembre 2022

AIDA RAMÍREZ

Foto: CUARTOSCURO

El sector empresarial del país considera necesario modificaciones a la presentación del informe del estado que guarda la Nación por parte del Presidente de la República, pues señala que si bien los presidentes no se ven restringidos a informar respecto a métricas claras y transparentes, el Congreso de la Unión no cuenta con los elementos necesarios para exigir cuentas y exigir responsabilidad de manera objetiva al Ejecutivo.

Por ello, consideró que sería deseable considerar una reforma al sistema de planeación “que lo hiciera más sencillo, ágil, transparente y útil, para que el pueblo, a través de sus representantes, tuviera la oportunidad de exigir cuentas al Ejecutivo sobre su gestión, en sesiones democráticas presenciales”, aseveró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Ello, en su análisis semanal sobre lo que fue el mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador de su Cuarto Informe de labores, pues sostuvo que “el tono triunfalista de los informes presidenciales es tradicional”.

Y esta ocasión no fue la excepción, ya que “el Presidente hace lo mismo que sus antecesores, aunque pocas veces, si acaso, tantos indicadores han mostrado el deterioro que ahora muestran en el cuarto año de gobierno, por diversas razones exógenas, pero también otras atribuibles a la gestión de gobierno”.

Asimismo, el organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), aseveró que el sistema de planeación del desarrollo de la Constitución obliga a la administración pública federal a ceñirse al Plan Nacional de Desarrollo (PND), a sus programas y al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) aprobados por el Congreso.

“Pero lo hace mediante un proceso de planeación demasiado complicado y oneroso, que finalmente termina siendo inoperante y de letra prácticamente muerta”, acusó.

Y es que, “de acuerdo con el discurso sobre el informe, parecería que el gobierno vive una realidad alterna a la que arrojan las cifras oficiales”.

En ese sentido, recordó que el su informe trimestral, del periodo enero-junio, el Banco de México señaló que en México siguió recuperándose la actividad económica, mientras que la economía mundial se debilitó como consecuencia de la permanencia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, de las medidas adicionales restrictivas en China para contener el Covid-19, así como del estrechamiento de las condiciones financieras globales.

Sin embargo, la evolución de algunos indicadores económicos anticipa una mayor fragilidad de la economía para la segunda mitad del año, debido a la desaceleración de la economía de los Estados Unidos y las elevadas tasas de interés, además de la continuada actitud adversa del discurso oficial ante la inversión privada e incluso, ante las reglas de la apertura económica.

En este tenor, señaló que no obstante que la Junta de Gobierno del Banco de México decidió mantener sin cambio su pronóstico de crecimiento para este año en 2.2 por ciento, este optimismo se refleja también en la percepción de los especialistas del sector privado. En la encuesta de expectativas levantada por el Banco de México, el pronóstico promedio de crecimiento mejoró modestamente al ubicarse en 1.93 por ciento.

Observó que incluso, se anticipa un crecimiento promedio para los próximos diez años de 2.0 por ciento, inferior al promedio de 2.5 por ciento del último cuarto de siglo.

“Naturalmente, la perspectiva de crecimiento a futuro no anticipa un mayor bienestar de los hogares, ya de por si deteriorado de acuerdo con diversos indicadores. Pero a ello se suma el efecto negativo de la inflación, que tiende a elevar la pobreza de amplios segmentos de la población”, aseveró el CEESP.