Se registran en México alrededor de 8 mil casos al año de VIH

3, diciembre 2022

PATRICIA RAMÍREZ

Foto: Cuartoscuro

De acuerdo con datos del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el SIDA (Censida), en México han padecido esta enfermedad cerca de 342 mil individuos y desde 1983, cuando se tuvo la primera notificación de casos en nuestro país, han fallecido 37 por ciento de las personas afectadas.

Leonor Huerta, especialista del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM, explicó que la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) de no ser tratada apropiadamente, causa el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).

Precisó que cada año, en el país se registran, en promedio, ocho mil nuevos casos de infección por el VIH y puesto que se trata de una enfermedad controlable, pero no erradicable del organismo, los individuos afectados requerirán terapia antiviral y vigilancia médica durante el resto de su vida.

Es importante asegurar que el individuo reciba dicha atención desde el momento del diagnóstico a fin de evitar la evolución desfavorable de la infección, con los costos subsecuentes en términos de la calidad de vida de los pacientes y de demanda de cuidados en los sistemas de salud, puntualiza.

En la actualidad, del total de pacientes en el mundo con VIH, 20 por ciento son mujeres; es decir uno de cada cinco, lo cual muestra que la infección no solo ataca a personas homosexuales. Su transmisión y evolución clínica no distinguen sexo, sino que obedecen a prácticas de riesgo y al momento en que se inicia la atención médica.

Resalta que, en ese contexto, es recomendable realizar campañas de sensibilización sobre el riesgo de contraer la infección y para hacer conciencia de que esta es prácticamente asintomática durante años. 

Por tanto, es importante practicarse una prueba diagnóstica si se tiene cualquier sospecha de haberse infectado. 

Se debe insistir también en que, en caso de un resultado positivo, es necesario solicitar atención médica aunque no se perciban síntomas o bien estos sean leves.

El inicio temprano del tratamiento es esencial para aumentar la posibilidad de una evolución favorable del paciente.

De acuerdo con el Censida el peligro de adquirirla es 35 veces mayor entre quienes se inyectan sustancias psicoactivas; 30 veces más en trabajadora(e)s sexuales; 28 en hombres homosexuales; y 14 veces superior para las mujeres transgénero.

Leonor Huerta resaltó que debido a la disponibilidad de tratamientos antirretrovirales, es muy factible que la calidad de vida de las personas infectadas sea similar a la de un individuo sano. 

Para lograr este propósito es importante que la salud del paciente sea monitoreada regularmente, incluyendo el seguimiento de la carga viral y de la cantidad de linfocitos T CD4 en la sangre.

Asimismo, el médico puede recomendar la adopción de un estilo de vida saludable para prevenir la aparición de otras enfermedades crónicas que son frecuentes en la población infectada, como diabetes y padecimientos cardiovasculares.

En ocasión del Día Mundial del Sida, que se conmemora el 1 de diciembre, la experta precisa que la infección aún no tiene cura: “no hay vuelta atrás, lo que sí es posible, si se detecta a tiempo, es una evolución lo más favorable posible con la ayuda de los medicamentos, los cuales pueden controlar la infección”. 

De hecho, las terapias antivirales han reducido en un 50 por ciento las muertes por esta infección. El virus es manejable y controlable siempre y cuando la adherencia al tratamiento sea estricta.

Pero en la actualidad existe una amplia variedad de fármacos para el tratamiento de la infección por el VIH, y su administración depende del perfil de cada paciente. 

Hoy, gracias a las nuevas terapias, los pacientes pueden llevar una vida prácticamente normal, vigilando siempre posibles efectos colaterales de la medicación.

Detalló que el VIH infecta principalmente a las células denominadas linfocitos T CD4, las cuales son centrales para la inducción de respuestas inmunes específicas contra agentes extraños. 

Las partículas de VIH, o bien células ya infectadas que contienen al virus en su interior, se adhieren a la superficie de células sanas y les transmiten el material genético viral. Los genes del virus se insertan entonces en el genoma celular y se vuelven parte integral de este.

Más adelante puntualiza que, si bien existen muchos esfuerzos en el mundo para desarrollar una vacuna contra el VIH, aún no se puede asegurar que alguna estará disponible para la población en el corto plazo. 

Una de las principales causas de la dificultad para el diseño de vacunas, es que el virus se replica en el interior de células activadas del sistema inmune (los linfocitos T CD4). 

Por lo tanto, es necesario considerar un balance cuidadoso entre la inducción de una respuesta inmune efectiva y la replicación del virus.