Sentido social para lograr la paz

7, febrero 2023

Luis Wertman Zaslav

Si el mayor activo de una nación es su gente, invertir en un tejido social fuerte es el mejor destino que puede tener el presupuesto público. Enfocarnos en la atención de las necesidades de nuestra población debe ser la apuesta constante de los tres niveles de gobierno, bajo una coordinación que resuelva rezagos y carencias.

Establecer instituciones con sentido social nunca ha sido sencillo, mucho más cuando la idea general de una administración en el pasado era la de cumplir compromisos de grupos de interés, a través de un gasto excesivo en servicios y nómina que podía dirigirse a programas de bienestar sin tanto intermediario.

Pero aun el programa más eficaz necesita de la creación de oportunidades de largo plazo, sustentadas en empleo digno, educación y servicios de salud de calidad. Sin las opciones que pueden producir estos elementos es difícil consolidar la paz en una región

La estrategia actual precisamente es la articulación de esos factores para acercar al mismo tiempo becas y apoyos directos, con la inyección de recursos a escuelas, hospitales e infraestructura pública. Eso no sucedió en sexenios anteriores y por eso el desequilibrio social que hoy se busca corregir.

En ese contexto se enmarcan las grandes obras, que podían incorporar a miles de mujeres y hombres a trabajos de contratación inmediata, a la par de los programas de bienestar orientados a esos mismos segmentos complementaban una renta mensual que ha servido, entre otras cosas, a reducir los efectos de la pandemia y de la inflación mundial.

No obstante, los proyectos monumentales llegan a su fin y la tecnología hace que solo se queden los puestos de trabajo más especializados. El reto es promover espacios laborales con la misma, o más, estabilidad para que quienes salen de un puesto temporal puedan enrolarse rápidamente en otro sitio y no regresen a la desocupación o a pensar en incorporarse por necesidad a alguna actividad ilícita.

Ahí es justo donde una oportunidad de trabajo como la que ofrece el Servicio de Protección Federal, un organismo desconcentrado de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno de México, puede ayudar a emplear a cientos de mujeres y hombres que terminen sus contratos en obras del Tren Maya o en la Refinería de Dos

Bocas, al igual que en otros proyectos complementarios importantes, pero que no son de ese tamaño.

Como parte de un plan de reclutamiento permanente, hemos recorrido municipios de la Península para organizarnos con autoridades locales y estatales de Campeche, Yucatán y Quintana Roo; además de con los responsables de diferentes tramos del Tren y frentes de obras complementarias.

Una ventaja es la convocatoria abierta a mujeres y hombres de 18 a 65 años, con secundaria terminada, con o sin experiencia en tareas de seguridad, para aplicar a una plaza de guardia del Servicio de Protección Federal con un salario mensual neto de $11,164.30 pesos, más prestaciones superiores a la ley.

El objetivo es ofrecer un trabajo digno, de carácter federal, responsable de la custodia de bienes inmuebles, por ejemplo, del IMSS, ISSSTE y sucursales del Banco del Bienestar.

Aunque el Servicio de Protección Federal es primer respondiente y contribuye de forma importante a la construcción de la paz, no lleva a cabo tareas directas de combate al delito, otro aspecto relevante para explicar la incorporación de personas que vienen de la vida civil, elementos retirados de nuestras Fuerzas Armadas y exintegrantes de alguna corporación policial.

La demanda de empleo no solo ha sido atendida en el Sureste gracias a esta estrategia social y de trabajo en las grandes obras, también en el Centro y Norte del país hay regiones que buscan puestos estables, con prestaciones.

Tan urgente es lograr la paz por medio de mayor seguridad, como atender las causas que orillan a romper la ley. Una fundamental es la falta de empleo, de entre varias opciones, está la que les comparto. Así es como podemos darle sentido social a la construcción de paz y solucionar el origen de muchos problemas: la desigualdad.

Titular del Servicio de Protección Federal