MARTÍN AVILÉS

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En 2020, Patrick Mahomes firmó el contrato más grande en la historia para un deportista. Fueron 503 millones de dólares para seguir al frente de la ofensiva de los Kansas City Chiefs en la NFL por una década, cifra que se ha quedado muy atrás de un nuevo récord que ha roto todo paradigma.

El beisbolista japonés Shohei Ohtani, obtuvo su recompensa como pitcher y bateador al llegar a un acuerdo con Los Ángeles Dodgers, una de las franquicias más populares de la MLB. Ohtani, de 29 años de edad, será recompensado por la misma década a cambio de 700 millones de dólares, un promedio de 70 mdd por temporada.

Con el pasar de los años, cada vez se verán más pequeñas estas cifras súper millonarias debido a que el tope salarial se incrementa de forma considerable en las grandes ligas deportivas de Estados Unidos por la inflación.

Históricamente las Grandes Ligas han sido la competencia en su país que más dinero ha repartido, pero este golpe está fuera de toda proporción. Hasta antes del japonés, el pelotero mejor pagado era Mike Trout, ahora excompañero suyo en Los Ángeles, con 426.5 millones de dólares por 12 años. Es decir que Othani le sacó más de la mitad y en menos tiempo de duración de su nuevo contrato.

Trout había sido el único beisbolista en superar la barrera de los 400 mdd. Con menos dinero acordaron Mookie Bets (356 mdd), Aaron Judge (360 mdd), Manny Manchado (350 mdd) y Francisco Lindor (341 mdd).

En otras disciplinas, el futbolista argentino Lionel Messi cuenta todavía con el mejor contrato dentro del balompié mundial. En su época con el FC Barcelona, firmó una renovación en 2017 de 674 mdd por apenas un lustro.

Hace apenas unos meses, en el básquetbol de la NBA, el alero de los Boston Celtics, Jaylen Brown, obtuvo el mejor acuerdo dentro de su liga con 304 millones de dólares a cambio de cinco temporadas, es decir, 61 mdd por año.