MARTÍN AVILÉS
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El 28 de febrero de 1998, Eduardo Nájera anotó 19 puntos en el triunfo de Oklahoma Sooners sobre Texas Tech. Del otro lado de la duela estaba Rayford Young, cuya novia Candice tenía un par de meses de embarazo. Poco después, el 19 de septiembre de ese año, nació su hijo, Trae Young, en Lubbock, un condado de Texas ubicado a unos 550 kilómetros de Dallas.
Mientras aquel pequeño se enamoraba del baloncesto con la complicidad de su padre, por la televisión veía los partidos de los Mavericks, equipo de la NBA donde el mexicano destacaba por su poder en la pintura. Así fue como comenzó una conexión entre Trae y Eduardo, misma que se fortaleció cuando en 2017 se sumó al equipo de los Sooners y conoció más a fondo el legado del oriundo de Meoqui, Chihuahua.
“Nací en Texas, estuve rodeado de muchos latinos y gente mexicana. Era un gran fan de Eduardo Nájera. Él jugó contra mi papá y lo pude conocer un par de veces. Mientras crecí, él estaba en la liga (NBA) y pude verlo”, dice orgulloso el base de los Atlanta Hawks sobre su vínculo con Lalo.
El apellido Nájera en Oklahoma es sinónimo de respeto. Y es que el chihuahuense llegó a formar parte del equipo defensivo ideal de la Big 12 Conference. El 28 de marzo de 2000 recibió el premio universitario ‘Chip Hilton Player of the Year’, otorgado por el Salón de la Fama del Baloncesto al jugador que demuestra tener una gran personalidad dentro y fuera de la cancha.
Al terminó su carrera universitaria en Oklahoma, Lalo era tercero en minutos jugados en la historia del equipo con 3 mil 856; cuarto en robos (193), quinto en rebotes (910) y sexto en tiros bloqueados (89). Cifras que lo colocan como uno de los mejores sooners de todos los tiempos.
“Siempre fue buena persona conmigo, me dio consejos e intentó ayudarme. Soy gran admirador suyo porque jugó en Oklahoma. Nájera jugaba mientras yo crecía, incluso recientemente hemos tenido contacto”, asegura ‘Ice Trae’, quien actualmente tiene 25 años de edad.
Así como Nájera se ganó un lugar en el corazón de Trae Young, ahora, aquel chico que creció como su admirador, buscará cautivar a las afición mexicana en su visita a la capital del país.
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La NBA vivirá su partido número 32 en México el próximo 9 de noviembre cuando se enfrenten Atlanta Hawks y Orlando Magic. Ahí estará presente el dos veces All-Star con el deseo de ser vitoreado como si la Arena CDMX fuera en el mismo State Farm Arena, sin importar los 2 mil 240 metros sobre el nivel del mar que hay de altura en esta ciudad.
“Escuché de la altitud y es difícil prepararse para eso. Acá jugamos en Utah o Denver con altitud y sabemos que sólo debes superarlo”, afirma Young en una llamada con medios mexicanos para promocionar el partido.
Apenas dos días después de su visita a México, Young se verá las caras con un mexicno, cundo los Hawks reciban al Miami Heat, equipo que recientemente seleccionó en la posición 18 del pasado Draft 2023 de las NBA al californiano de raíces aztecas, Jaime Jáquez Jr., surgido de UCLA y que ha mostrado un nivel elevado en sus primeros partidos en la máxima liga del deporte ráfaga.
“He oído hablar del novato de Miami, el de UCLA, fue un muy buen jugador en la universidad. Lo he observado, es realmente bueno. Deseo verlo crecer con Miami y que le vaya bien, excepto cuando juegue contra los Hawks”, bromea Young sobre el mexicano.
El de Orlando y Atalanta será el partido oficial de la NBA en tierras mexicanas número 13. La afición azteca ha agotado ya las entradas del coloso de Azcapotzalco, en parte, gracias a la presencia de Trae Young, integrante del tercer mejor quinteto de la NBA en 2022. Una súper estrella en potencia, cuyo techo será tan alto como se lo proponga.
