PATRICIA RAMÍREZ
Foto: Cuartoscuro
En México uno de 1 de cada 20 niñas y niños menores de 5 años y 1 de cada 3 entre los 6 y 19 años padece sobrepeso u obesidad y solamente 3 de cada 10 bebés se alimentan únicamente con leche materna durante sus primeros 6 meses de vida, advirtió la diputada local Elizabeth Mateos.
La legisladora explicó que el sobrepeso es un problema de salud que urge atender, pues hoy la infancia está severamente comprometida, por lo que exhortó a la secretaría de Salud capitalina y a la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México a realizar campañas   informativas dirigidas a la población en general, sobre todo a padres y madres de familia, en el sentido de destacar la relevancia de ingerir alimentos con mayor calidad nutritiva y evitar aquellos que contengan alta densidad calórica.
La coordinadora de la asociación parlamentaria Mujeres Demócratas subrayó la importancia de la primera etapa de vida, donde la leche materna es el mejor alimento para los bebés, porque proporciona los nutrientes necesarios y ayuda a prevenir enfermedades.
Insistió en que los primeros años de vida de una persona son fundamentales para su desarrollo, de ahí la importancia de establecer estrategias de salud dentro de las primeras etapas de vida y continuar en la fase escolar, acompañadas, con cruzadas a favor de realizar mayor ejercicio en las escuelas de educación básica, apuntó.
La obesidad infantil es una enfermedad crónica caracterizada por el exceso de grasa en el organismo y se presenta cuando el niño, niña tiene sobrepeso mayor
al 20 por ciento del ideal; son más propensos a tener problemas respiratorios y es común que se generen casos de depresión, ansiedad y baja autoestima, recordó.
Añadió que hoy el estilo de vida ha tomado un papel importante en la ingesta de alimentos de alta concentración calórica, bebidas azucaradas y si a esta mala nutrición se le añade la falta de activación física, seguro se padecerá de alguna enfermedad,señaló.
Ante esta situación, urgió a las autoridades a fortalecer acciones de atención y seguimiento a la población en general, principalmente a niñas, niños, jóvenes y a las personas diagnosticadas con obesidad.
Estas acciones, explicó, deben ser acompañadas de un modelo de intervención que contemple una sana alimentación, jornadas de ejercicio físico, manejo  de estrés, convivencia en el entorno familiar.