Urgen especialistas a brindar apoyo a niñas y jóvenes que menstrúan a temprana edad

27, diciembre 2022

PATRICIA RAMÍREZ

Foto: Cuartoscuro

La presentación de la menstruación en edades cada vez más tempranas puede ser traumática para las niñas, por lo que es necesario brindarles acompañamiento para que no tengan problemas, advirtieron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La investigadora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Verónica Alcalá Herrera, explicó que de existir un desfase entre el desarrollo sexual y la madurez psicosocial de las jóvenes menarcas tempranas, esto es, el primer periodo menstrual de algunas menores, se les podrían desencadenar síntomas de depresión y también ansiedad, caer con facilidad en adicciones, beber alcohol más tempranamente, presentar conductas dañinas como cutting, esto es, cortarse la piel con objetos afilados, lo que genera heridas superficiales sin buscar el suicido, y trastornos alimenticios como la anorexia.

El último estudio disponible, de 2016, observó que, tanto en la capital del país como en Jalapa, Veracruz, el promedio de edad de la menarca es de 11.4 años, pero si se revisa literatura más antigua, se puede encontrar una disminución en la edad de la primera menstruación en el siglo XX y principios del siglo XXI.

Verónica Alcalá consideró que cuando se habla de menarquia temprana se debe considerar cuál es la edad promedio en la que aparece ese proceso fisiológico en una población determinada; esa fue la razón que nos llevó a realizar el estudio donde se calculó la edad de la menarquia en Xalapa y en la Ciudad de México, porque se decía que era antes de los 11 años, pero no estábamos tan seguras de que así ocurriera en México.

En el caso de las adolescentes en esa situación tienen menor escolaridad pues suspenden o abandonan los estudios, varias también se embarazan o buscan pareja a edad temprana, debemos pensar que biológicamente las hormonas tienen una finalidad: el aumento del interés sexual para la búsqueda de ello.

Agregó que para numerosas adolescentes llegar a los 15 años de edad es una ilusión, un proceso en el que dejan de ser infantas y pasan a ser mujeres, pero también es un parteaguas, desde el punto de vista del desarrollo humano, porque inician un nuevo proceso: la madurez sexual y reproductiva; sin embargo, pasarán todavía uno o dos años hasta que se regule su organismo. Si bien se trata de un fenómeno eminentemente neurobiológico, se engarza con factores psicológicos y sociales, acotó.

Una de las preguntas que intriga a la comunidad científica, es conocer por qué se adelanta la menarquia. Entre las explicaciones está: para que una menor comience a menstruar, se requiere que tengan cierto peso y talla. “Sabemos que en la población mexicana las niñas tienden a la obesidad, lo que hace que alcancen el peso y la estatura requerida con antelación, ya que el metabolismo de los lípidos participan en la madurez reproductiva”, y esta sería una de las razones por las que las niñas mexicanas presentan la primera menstruación a edad más temprana.

Asimismo, las presiones psicosociales son otro de los factores que participan en dicho adelanto, junto con niveles altos de estrés a temprana edad impactan al sistema hipotálamo-hipófisis-gonadal, lo que favorece la madurez reproductiva temprana.

La especialista en psicobiología destacó que el grupo de investigación que dirige encontró síntomas de depresión en un grupo de jóvenes menarcas tempranas en comparación con las menarcas regulares “y, además, algo que las investigaciones no habían reportado, como producto de la aplicación de un instrumento de afrontamiento psicológico a este proceso fisiológico temprano fue que las menarcas tempranas mostraron menor uso de estrategias de afrontamiento no productivas”.

Las estrategias de afrontamiento pueden ser productivas o no productivas, en el primer caso las menores saben que cuentan con apoyo familiar, se muestran optimistas, perciben las cosas con más ligereza, buscan solución a los contratiempos, no permiten que el problema las abata; mientras que en el segundo caso reaccionan de forma agresiva, tratan de evadir los conflictos, son impulsivas, es decir, están centradas en la emoción y no en el problema, por lo tanto tienden a tomar malas decisiones.

“Entonces, las chicas que participaron en nuestra investigación y que fueron clasificadas como menarcas tempranas, indicaron que para resolver problemas usan menos el enojo y las agresiones, no evaden los conflictos y son menos indiferentes a las dificultades, en comparación con las regulares”, detalló.

“De las chicas que fueron clasificadas como menarcas tempranas, las subdividimos en un grupo de niñas que tenían más tiempo de haber iniciado su primer periodo menstrual (cuatro a seis años); y aquellas que tenían uno a tres años de haber empezado ese proceso, encontramos que las primeras utilizan menos estrategias no productivas a diferencia de las segundas”, planteó la académica universitaria.

La explicación sería que los síntomas depresivos están más asociados a la elevación de las hormonas femeninas; la literatura se refiere a la relación entre los estrógenos y la depresión. Sin embargo, las estrategias de afrontamiento no están ligadas con las hormonas, sino con las experiencias que la niña adquiere a partir de que apareció la menstruación. Por ejemplo, “las jóvenes al tener rasgos de mayor edad tienen que lidiar con el asedio de algunos hombres que las ven, les chiflan y les dicen piropos que las incomodan”.