Vehículos en la CDMX generan menores contaminación por ozono, revela investigación de la UAM

11, julio 2022

PATRICIA RAMÍREZ

 

En los últimos 20 años en la Ciudad de México se han reducido las concentraciones de compuestos orgánicos volátiles atmosféricos precursores de ozono, a pesar de que circulan cinco veces más automotores, reveló un estudio realizado por científicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) entregado al gobierno capitalino.

Sin embargo, los niveles de este contaminante se mantienen altos debido a la mayor cantidad de habitantes y la acumulación de emisiones por desinfectantes de uso diario; el gel antibacterial, cuyo alcohol se evapora y en el aire forma más ozono; los limpiadores que contienen aldehídos; los aerosoles de aplicación personal o doméstica, así como en panaderías, imprentas y actividades asociadas a las artes gráficas y la pintura de vehículos.

La profesora Violeta Mugica Álvarez del departamento de Ciencias Básicas de la unidad Azcapotzalco UAM, explicó que la investigación sobre los precursosrs de ozono inició cuando se permitió la entrada de expededores de combustibles distintos a Pemex, pues se pensó que podrían generar más precursores, debido a los diferentes combustibles de diésel y gasolina, ante la probabilidad de que las dispersiones de compuestos orgánicos volátiles (COVs) pudieran variar, modificando los potenciales detonadores de ozono.

El objetivo es conocer el impacto en la generación de ozono troposférico por COVs derivados de los diversos combustibles de los vehículos que circulan en la urbe, y para ello se btuvieron perfiles de emanaciones de escape y evaporativas, las concentraciones de los mismos en sitios cercanos a las fuentes vehiculares y el potencial de creación de ozono.

Durante 2018 y 2019, el equipo de científicos llevó a cabo muestreos en dos túneles ubicados en Chapultepec y Mixcoac; en 2020 efectuó la caracterización de los COVs provenientes de las emisiones de los automotores y desde el inicio se hizo un análisis comparativo con un estudio similar de 1998.

“La importancia de estos perfiles de compuestos radica en que permiten cotejar” las condiciones de hace 20 años y las actuales, así como constatar que las de los túneles bajaron entre 63 y 64 por ciento, pese a que el parque vehicular se ha incrementado hasta en cinco veces desde entonces, señaló la doctora Mugica Álvarez.

Esta investigación es resultado de un convenio firmado a finales de 2017 entre la UAM y la secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (Sectei), a la que fue entregado en una reunión en la que participaron también representantes de otros proyectos, expuso en entrevista

Precisó que los autos de ahora contaminan mucho menos o producen muchos menos COVs que hace dos décadas, lo que se debe, en cierta medida, a las políticas aplicadas, como la verificación vehicular, que obligó a mantener afinados los autos y los convertidores catalíticos para un adecuado funcionamiento; mejora de la tecnología automotriz y los combustibles, sobre todo en las décadas de 2000 y 2010.

Las autoridades reportaron también menor presencia de COVs en la atmósfera y, de acuerdo con las indagaciones de la UAM, se registra una disminución de 70 por ciento, en comparación con hace 20 años.

Con las muestras por cromatografía de gases-masas, la estadística mostró que no hubo diferencias relevantes en las emisiones entre los dos túneles, ni por el tipo de muestreo ni en cada época –frío y calor– en que se efectuaron las pruebas.

En una segunda etapa fueron examinadas las 15 marcas de gasolina que se expenden en la Ciudad de México, utilizando un cromatógrafo de gases. Los resultados mostraron que las de tipo Magna o regular no indican grandes diferencias, por lo que se sugiere que tienen el mismo origen, al igual que para las Premium.

En una tercera fase se llevaron a cabo análisis de head space a 30° C y se obtuvieron los perfiles de composición de las dispersiones evaporativas de todas las clases de gasolina, sin que se revelaran variaciones notables, sin embargo, se determinó necesario bajar más el contenido de compuestos aromáticos y olefinas que son tóxicos a la salud.

En un cuarto paso se evaluó la reactividad atmosférica de cada uno de los compuestos, tanto de aquellos evaporativos como de los de escape para identificar las especies con mayores potenciales de formación de ozono, empleando para esto las escalas de máxima reactividad incremental.

El proyecto comprendió varios grupos orgánicos: los denominados aromáticos, relacionados con el benceno y que son tóxicos, además de producir gran cantidad de ozono; los insaturados, que corresponden a las olefinas y acetilenos, que igual son dañinos; ambos decrecieron de manera considerable en medio ambiente, mientras que aquellos que se quedan más son los conocidos como parafinos o alcanos.