Felipe de Jesús Calderón Hinojosa anda desaparecido.

Si alguien lo ha visto, favor de avisar a sus familiares.

Al ex presidente de la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado -¿qué, hay desorganizado?- le comieron la lengua los ratones.

O, mejor dicho, los dedos.

Así, de pronto, dejó de tuitear.

Nomás se conoció la captura de Luis Cárdenas Palomino, el operador de Genaro García Luna en la Secretaría de Seguridad que le creó ex profeso, el presidente del aiga sido como aiga sido hizo mutis de twitter.

Combativo, guerrero y chismoso por naturaleza, Calderón fue apodado #FelipeCalladón y así se mantuvo toda la tarde del lunes y mañana-tarde del martes.

¿Sentirá la lumbre muy cerca?

Es evidente que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador utiliza a sus golpeadores para meter presión  a sus adversarios.

Y la captura de Cárdenas Palomino es eso.

La imputación es por tortura. Que se agandalló con el hermano y un sobrino de Israel Vallarta Cisneros, el novio de la secuestradora francesa Florence Cassez.

Que le dieron tehuacanazo, toques en salva sea la parte (o partes); y una madrina de su tamaño a Mario Vallarta Cisneros, hermano de Israel Vallarta, a Sergio Cortes Vallarta y a Eduardo Estrada Granados para que se declararan secuestradores e integrantes de la banda Los Zodiaco.

Por ahora, el objetivo de Andrés Manuel López Obrador se ha cumplido: poner un estate quieto al joven que le robó la presidencia en 2006 con el 0.56 por ciento y que metió al país en esta ola de sangre y crímenes que suma más de 400 mil muertos desde diciembre de 2006, cuando envió al ejército a Michoacán, apenas comenzaba su mandato.

Calderón -Calladón, en twitter- ser ha convertido en un combativo tuitero que apenas conoce el tema principal del día lo aborda, lo que causa escozor en Palacio Nacional.

Por eso la presión, la ofensiva contra integrantes de su gobierno.

Y falta Ramón Pequeño García, integrante del trío de tres -junto a Cárdenas Palomino y García Luna- señalados por Washington como protectores y cómplices del cártel de Sinaloa, de Joaquín El Chapo Guzmán.

-¿’Onde andas jelipillo?

Vámonos:  Se solucionó la huelga en la mina de Cosalá, Sinaloa.

Andrés Manuel va por todos los contratos.

Ya lo verá.

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